Entre los años 2016 y 2019 hemos recorrido las calles de Barcelona para entrevistar a las personas que viven en ellas y saber más sobre su estado de salud, si han sufrido o no agresiones, la atención social que reciben y su situación de vulnerabilidad, entre otros. Fruto de ello, publicamos el informe Vivir en la calle en Barcelona. Radiografía de una ciudad sin hogar, que se deriva en una serie de propuestas a corto, medio y largo plazo para hacer posible #nadiedurmiendoenlacalle. ¡Os las explicamos!
Mira aquí los datos más destacados del informe.
Medidas que transforman a corto plazo
1.
Abrir espacios pequeños en cada barrio para que centenares de personas dejen de vivir en la calle.
Para superar el modelo actual de albergues masificados y con lista de espera, ofrecer un lugar seguro donde pasar la noche y adaptarse a las necesidades de las personas (mujeres y personas LGTBI, con animales de compañía, con adicciones y/o problemas de salud mental, etc). Es una opción más económica que hemos comprobado en Arrels.
2.
Ampliar y fortalecer los equipos de calle.
El número de personas que viven en la calle en Barcelona aumenta año tras año y tres cuartas partes son personas migradas. Hay que detectar casos invisibles e intensificar el acompañamiento para conectar a las personas con los servicios que necesitan, así como incorporar profesionales de la mediación lingüístico-cultural.
3.
Más coordinación y formación de los cuerpos policiales.
La Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra deberían estar más formados en la realidad de las personas sin hogar y tener la información de todos los recursos existentes para orientar a las personas. Prácticas habituales como tirar las pertenencias u obligar a moverse de sitio a la persona vulneran derechos. Es necesario más coordinación con las entidades y servicios sociales.
4.
Atender a las personas en su propio municipio.
Es necesario que desde el ámbito local se vele por todos los vecinos y vecinas sin hogar. La solución no es derivar a las personas a municipios cercanos más grandes porque se desvincula a la persona de su contexto y se saturan otros sistemas de atención. La Generalitat de Catalunya debería hacer de paraguas para acompañar, formar y dotar de recursos a los municipios.
Medidas que transformen a medio y largo
1.
Mecanismos de prevención para que nadie pierda su casa.
En Barcelona, 1.239 personas viven en la calle pero muchas personas viven en habitaciones de realquiler y pensiones y viven desahucios invisibles. Lo hemos visto durante el estado de alarma: nadie había pensado que una pensión pueda ser la casa de alguien y, al cerrarlas, muchas personas se han quedado en la calle y se han tenido que alojar en las plazas de emergencia.
2.
El derecho a la vivienda como punto de partida, más allá de servicios sociales.
Más facilidades para que las personas sin hogar accedan a vivienda pública, promociones específicas, colaboración público-privada para ampliar el número de viviendas que siguen el modelo Housing First. La mirada al acceso a una vivienda debe ser transversal: una persona no puede salir de prisión, recibir alta hospitalaria o salir del circuito de protección a la infancia y juventud para ir a vivir a la calle.
3.
Simplificar los trámites para obtener la documentación básica.
Con el objetivo de acceder más rápidamente a derechos: ir al médico con la tarjeta sanitaria, buscar trabajo, pedir ayudas sociales, etc. Todos los municipios catalanes están obligados, además, a empadronar a todos los vecinos y vecinas.
4.
Crear equipos de salud orgánica que visiten en la calle a las personas que viven al raso.
Para atender a las personas y recuperar su vinculación al sistema sanitario. También proponemos generar protocolos en los hospitales públicos para que no se dé el alta a ninguna persona sin una alternativa habitacional.
Medidas en el contexto del covid-19
1.
Los recursos de emergencia deben ser permanentes.
Durante el estado de alarma, varios municipios y comarcas de Catalunya han sido capaces de abrir rápidamente plazas de emergencia para personas sin hogar. Es una oportunidad para que las personas no vuelvan a vivir en la calle. Cualquier centro que se habilite debe garantizar el confinamiento pero también pensarse como recurso estructural para que las personas no tengan que volver a vivir en la calle.
2.
Los centros para confinarse tienen que ser pequeños y enfocados a necesidades específicas.
La mayoría de los recursos de emergencia abiertos durante el estado de alarma son espacios masificados y con una normativa estricta que deja fuera a muchas personas sin hogar. Hacen falta espacios más pequeños, de acceso directo, que apuesten por la reducción de daños y ofrezcan atención en la salud mental.
3.
Los recursos básicos y los equipos de calle son el único punto de referencia para las personas que siguen en la calle.
La experiencia vivida nos debería permitir mantener abiertos, en caso de futuros rebrotes, los centros que ofrecen comida caliente, ducha y descanso. Son un punto de referencia para las personas que viven al raso. En ese sentido, hay que fortalecer los equipos de calle para realizar acompañamiento social y sanitario, detectar proactivamente posibles casos de covid-19 y facilitar información útil a las personas.
4.
La información es básica para evitar nuevos casos de sinhogarismo.
Durante el estado de alarma, en Arrels hemos recibido más de 300 demandas de ciudadanía preocupada o afectada que se quedaba sin hogar. Todo el mundo debería saber dónde ir a buscar ayuda si vive una situación precaria y está a punto de quedarse en la calle.
Y desde Arrels, ¿qué haremos?
1.
Seguirom ahondando en la realidad de las personas sin hogar en Barcelona.
Para detectar nuevas necesidades, documentarlas e incidir en el ámbito social y político.
2.
Abriremos nuevas plazas de alojamiento.
Habilitando más pisos y creando un nuevo centro de baja exigencia, con el objetivo de ofrecer un lugar seguro donde vivir a personas que actualmente viven en la calle o espacios muy inestables.
3.
Reforzaremos la orientación y el asesoramiento a la ciudadanía.
Para que pueda ser un agente activo en el acompañamiento a las personas que viven en la calle. También seguiremos orientando directamente a las personas afectadas por el sinhogarismo.
4.
Ampliaremos el equipo de calle.
Para conocer y estar junto a más personas que viven al raso y acompañar con más intensidad a aquellas que ya visitamos. También ofreceremos orientación jurídica directamente en la calle.
Más información:
- Lee el informe Vivir en la calle en Barcelona. Radiografía de una ciudad sin hogar aquí en pdf y aquí en formato digital.
- También puedes leer las entrevistas que hemos hecho a Úrsula Alonso, Davide Andreoli y Juan Verdón, sobre su experiencia de vida en la calle; el doctor Daniel Roca; Marta Maynou, responsable del equipo de Acogida; y Gemma Gassó y Bob Walker, educadores del equipo de calle de Arrels.