Hay una relación directa entre llevar más tiempo viviendo en la calle y sufrir una situación de vulnerabilidad y deterioramiento más grave. A partir de los seis meses de vivir en la calle, una persona de cada cuatro ya está en una situación de vulnerabilidad alta, una proporción parecida a la de las personas que llevan más tiempo. Coincide con el tiempo de espera en los albergues municipales de Barcelona. Es una de les conclusiones del informe Vivir en la calle en Barcelona. Radiografía de una ciudad sin hogar, a partir de entrevistas a más de 1.400 persones durante los últimos cuatro años.
El número de personas que viven en la calle en Barcelona aumenta cada año. Actualmente son 1.239 las personas al raso, según el recuento organizado por Arrels el pasado 14 de mayo. Detrás de estas cifras, siempre frías, hay diversos rostros, historias personales, desigualdades estructurales, situaciones sociales complejas y la vulneración del derecho a la vivienda. Durante cuatro años consecutivos hemos recorrido las calles de la ciudad para entrevistar a las personas que viven allá, en el marco del censo y de la campaña europea para lograr #nadiedurmiendoenlacalle.
El informe Vivir en la calle en Barcelona. Radiografía de una ciudad sin hogar (pdf en catalán) analiza en profundidad los datos obtenidos durante los censos de Arrels y los complementa con otros datos y con las reflexiones de personas que han vivido en la calle y de profesionales. También incluye la situación vivida durante la crisis del coronavirus y el estado de alarma y propuestas dirigidas a las administraciones. Este documento es el primer número de una nueva serie de informes de Arrels Fundació. Tiene el objetivo de generar y difundir conocimiento sobre la problemática del sinhogarismo con la mirada puesta en la transformación social y en sus soluciones.
¿Quién vive en la calle en Barcelona? ¿Cómo les afecta? ¿Cuál es su grado de vulnerabilidad? ¿Qué atención reciben? Estas son las ideas principales del informe. Mira aquí un resumen virtual del informe.
Seis meses en la calle es demasiado tiempo
Tener que vivir un solo día en la calle ya es una injusticia. Seis meses es el tiempo de espera aproximado para alojarse en los tres albergues municipales de Barcelona de acceso directo —esta es la estimación que había antes del covid-19, la previsión ahora es que el tiempo de espera se incrementará— y se traduce en un deterioro de la situación de la persona.
Los datos muestran una correlación entre el tiempo de estar en la calle y el incremento de la vulnerabilidad de las personas. Estos seis meses son suficientes para que una de cada cuatro personas que viven en la calle ya esté en una situación de vulnerabilidad alta, una proporción parecida a las personas que llevan más tiempo. En cambio entre las personas que hace menos de seis meses que viven en la calle son una de cada diez.
Ocho de cada diez personas se encuentran en una situación de vulnerabilidad alta o media
A pesar del incremento de personas jóvenes en la calle, se produce también una cronificación. De media, les personas entrevistadas en 2019 hace 3 años y 5 meses que viven en la calle. Aproximadamente la mitad hace más de un año y una de cada diez hace más de 10. Casi ocho de cada diez personas que viven en la calle en Barcelona se encuentran en una situación de vulnerabilidad alta o media. Esta vulnerabilidad había disminuido los últimos años y ahora se incrementa. La falta de servicios y de recursos pasa factura y se nota.
Las personas que viven en la calle son cada vez más jóvenes
Un 85% de las personas que duermen en la calle son hombres, un 11% mujeres y un 4% tienen otras identidades de género o no responden a esta pregunta. Es una proporción que se mantiene bastante estable, mientras que otras características de las personas que viven en la calle han cambiado en los últimos años. La media de edad ha disminuido de los 44 a los 41 años entre 2016 y 2019, mientras que ha aumentado en el caso de las mujeres.
Hay un incremento de las personas muy jóvenes que viven al raso: proporcionalmente, un 13% tiene entre 16 y 25 años (en 2016 era un 8%). En esta franja de edad un 95% son personas migradas -la mayoría de países extracomunitarios-, un 56% ha vivido en un centro de menores y un 22% está en una situación de vulnerabilidad alta (en 2016 era el 4%). Los datos son especialmente reveladores sobre las carencias actuales del sistema de protección social y las dificultades de transición a una vida autónoma para los jóvenes que han sido tutelados.
Las personas migradas están sobrerrepresentadas
Casi tres de cada cuatro personas que viven en la calle han nacido fuera de España: han pasado del 66% de 2016 al 74% en 2019. En cambio, en el conjunto de la ciudad -según el Padrón municipal- las personas migradas son el 25% de la población. Incrementa sobre todo el número de personas de origen extracomunitario.
Destaca el hecho de que las personas migradas que viven en la calle son más jóvenes que las que han nacido en España (nueve años más jóvenes, en el caso de los hombres, y seis años más jóvenes, entre las mujeres).
El 70% de las personas más vulnerables han sido víctimas de agresiones
La encuesta utilizada durante el censo permite conocer el grado de vulnerabilidad de las personas entrevistadas y muestra cómo tener una situación de vulnerabilidad más elevada se relaciona con una mayor prevalencia de diferentes problemáticas. Se encuentran en esta situación el 30% de las personas nacidas en España, el 25% de las mujeres, el 22% de las personas de 16 a 25 años, el 43% de las de más de 65 años y el 40% de las mujeres nacidas en países extracomunitarios.
Las personas en situación de vulnerabilidad alta exponen en mayor medida: haber sido víctimas de agresiones (70%), no poder cubrir sus necesidades básicas (40%), haber ido a urgencias médicas los últimos seis meses (67%), mencionar adicciones durante la entrevista (55%) o no tener ingresos o que alguien les reclame dinero (84%). Los datos también indican que mayoritariamente tienen problemas de salud física y mental.
Muchas personas no saben dónde encontrar ayuda
Durante 2019, hasta 1.344 personas acudieron al centro abierto de Arrels explicando que vivían en la calle desde hacía poco o que estaban a punto de perder su casa, y preguntando cómo poder acceder a servicios básicos. Un 27% de las personas encuestadas en el censo afirma que no pueden cubrir las necesidades básicas.
También con datos de 2019, sólo cuatro de cada diez personas afirman que han sido atendidas por un profesional del trabajo social en los últimos seis meses. Se necesitan recursos y soluciones adaptadas a la realidad de las personas que viven en la calle: no puede ser, por ejemplo, que dos personas de cada diez hayan tenido que abandonar algún alojamiento o programa por problemas de salud física o mental y porque los recursos no se han adaptado.
Diferencias entre distritos de la ciudad
Casi el 80% de las personas que viven en la calle en Barcelona pernoctan en los distritos de Ciutat Vella, Sants-Montjuïc, Eixample y Sant Martí. A partir de datos del censo 2019, analizamos por primera vez algunas diferencias entre estos cuatro distritos. En Eixample las personas son mayores de media, en Ciutat Vella hay más personas migradas, en Sants-Montjuïc hace más tiempo que viven en la calle y en Sant Martí, proporcionalmente, la vulnerabilidad es más alta.
En este contexto, ¿qué propuestas tenemos?
Desde Arrels creemos que, tanto en el ámbito barcelonés como en el resto de municipios catalanes, se podrían empezar a implementar a corto plazo las siguientes propuestas para hacer posible #nadiedurmiendoenlacalle:
- Abrir espacios pequeños en cada barrio para que cientos de personas dejen de vivir en la calle.
- Ampliar y fortalecer los equipos de calle para detectar casos invisibles e intensificar el acompañamiento para conectar a las personas con los servicios que necesitan.
- Más coordinación y formación de los cuerpos policiales como Guardia Urbana y Mossos para hacer valer los derechos de las personas que viven al raso.
- Atender a las personas desde el propio municipio; la solución no es derivar a las personas a ciudades más grandes y cercanas porque se desvincula a la persona de su contexto y se saturan otros sistemas de atención.
- Mira aquí otras propuestas que transforman a medio y largo plazo y medidas que se derivan del contexto del covid-19.
Y los expertos, ¿qué dicen?
El informe Vivir en la calle en Barcelona. Radiografía de una ciudad sin hogar (pdf en catalán) se ha realizado con las voces de más de más de 1.400 personas que viven en la calle y que en los últimos cuatro años han respondido el censo de Arrels y también se complementa con la mirada y las reflexiones de tres personas que han vivido en la calle y que ahora tienen un hogar, así como de profesionales del ámbito sanitario y social.
“Cuando acabas en la calle no tardas mucho en darte cuenta de que los recursos para las personas sin hogar en Barcelona tienen carencias“
Entrevista a Gemma Gassó y Bob Walker, educadores del equipo de calle de Arrels.
“Encontrarse en situación de calle no es solo perder el trabajo o no tener alojamiento“
Entrevista a Marta Maynou, responsable de los equipos de calle y del centro abierto de Arrels.
“El hecho de estar en la calle multiplica por 7 la mortalidad en hombres y por 11 en mujeres“
Entrevista a Daniel Roca, médico de cabecera en el Centro de Atención Primaria Drassanes y en el Centro de Atención Sociosanitaria-Sala Baluard.
“Vivir en la calle es difícil para todos pero para las mujeres lo es más”
Entrevista a Úrsula Alonso, que ha vivido en la calle más de ocho años en diferentes intervalos.
“Tener un piso resuelve el 50% del problema”
Entrevista a Davide Andreoli, que ha vivido en la calle ocho años y ahora vive en un piso.
“Estaba cansado de estar todo el día buscándome la vida para poder sobrevivir”
Entrevista a Juan Verdón, que consiguió salir de la calle después de más de 15 años.