A raíz de la campaña ‘Yo también soy Barcelona‘, que quiere mostrar la realidad de las personas sin hogar frente a los grandes atractivos turísticos de la ciudad, queremos explicar cómo es vivir en la calle durante los meses de verano y con qué problemas se encuentran las personas que viven al raso.
Durante los meses de verano parece que la invisibilización de las personas sin hogar es mayor pero, al igual que en invierno, es una época dura. Para saber cómo es vivir en la calle cuando es verano y cuáles son los problemas más habituales durante estos meses del año hemos hablado con Anna Rodríguez, la responsable del servicio de acogida de Arrels y con algunas personas que viven o han vivido en la calle.
Reducción de servicios y recursos
“Durante los meses de verano el sistema se ralentiza por vacaciones pero la gente que vive en la calle sigue igual, con las mismas necesidades”, apunta Anna Rodríguez Titos, responsable del servicio de acogida de Arrels. En los meses de julio y principalmente agosto algunos recursos como comedores sociales o servicios de duchas reducen horarios y los profesionales hacen vacaciones, esto hace que todo vaya más lento y las personas sin hogar tengan que esperar más a ser atendidas.
Quemaduras e insolaciones
Las quemaduras y las insolaciones son algunos de los principales problemas de vivir en la calle en verano. “Aunque la mayoría intentan desplazarse por la sombra a veces se quedan dormidos al sol y se quitan con la piel llena de quemaduras“, señala Anna Rodríguez. Por ejemplo, Pedro, que ha vivido casi toda la vida en la calle, explica que tiene la piel muy sensible y que alguna vez se había levantado con la piel llena de ampollas y heridas por culpa del sol. “Tenía que ponerme una crema especial pero era muy cara y como no la cubría la seguridad social no podía comprarla”, apunta.
Los únicos espacios donde refrescarse y apaciguar el calor y las quemaduras de la piel son las fuentes pero, en algunas, como explica Quim, que ha vivido 9 años en la calle, sólo sale agua caliente.
¿Cómo dormir?
Para huir del calor por la noche y poder descansar algunas personas explican que van a la montaña a dormir. Otra técnica que utiliza Davide, una persona que vive en la calle, es mojar y refrescar el suelo una hora antes de acostarse para quitar el calor y luego poner el cartón. Además, Pedro, otra persona que también sabe lo que es vivir en la calle, añade que en verano la sensación de inseguridad es mayor “porque hay mucha más gente en la calle, duermes más destapado, las cosas están más a la vista y hay más robos “.
Por otra parte, el calor y la falta de higiene también provoca un aumento de chinches en los colchones de algunas pensiones y habitaciones de alquiler, tal como señala Anna Rodríguez y algunas de las personas a las que hemos preguntado.
El turismo
Durante los meses de julio y agosto Barcelona se llena de personas atraídas por los reclamos turísticos de la capital convirtiendo en invisible la otra cara de la ciudad, la de las 941 personas que duermen en la calle. Es esta la realidad que quiere mostrar la campaña ‘Yo también soy Barcelona‘ impulsada hace unas semanas por Arrels, y es que el aumento del turismo también repercute en las personas que viven en la calle. Aquellas que duermen en zonas de Barcelona donde hay más afluencia de turistas ven afectada su vida. Davide explica que “algunos turistas parecen tener una visera delante de los ojos, somos invisbles para ellos y, en cambio, otros se ríen de nosotros y nos insultan”.