Otto
Ocho años viviendo en la calle
“Tengo 42 años y hace 8 que estoy en la calle. Estoy enfermo, tengo problemas de salud mental y también diabetes. Hay mucha gente que tiene el apoyo de su familia, pero no es mi caso y no me puedo pagar una vivienda digna. A veces, duermo en un albergue, las noches que me lo puedo pagar.
Yo tengo diabetes, agorafobia, esquizofrenia, hipertensión y también sufro depresiones. Tomo mucha medicación y para poder tomar las pastillas tengo que hacer mucho de esfuerzo, es la cosa más dura que te puedes imaginar. La medicación me hace coger sueño, mareos… necesito unas horas de descanso que no son normales en una persona sana.
De hecho, a veces no voy a las citas con el médico porque estoy muy cansado. Está a 300 metros, pero me parecen mucho. También por el tema de la agorafobia, no me gusta estar en espacios muy abiertos, tengo que coger calles estrechas.
La insulina y el resto de la medicación la guardo en Arrels. Al principio lo acababa tirando, porque no tenía donde guardarla. Y también se tiene que ser organizado para tomar medicación. Por suerte, en el centro abierto de Arrels me ayudan, me organizan las pastillas y me las ponen en una cajita para que no me equivoque. La persona voluntaria que organiza la medicación me brinda su tiempo. Esto me ayuda porque las personas que vivimos en la calle no tenemos las condiciones para seguir un tratamiento, para ir al médico… aunque seas cuidadoso, no puedes tener la medicación en condiciones. También se tiene que tener en cuenta que hay medicaciones que tienen efectos secundarios y no es fácil recordar cuando tienes que tomar las pastillas”.