Aurelio
Más de 13 años viviendo en la calle
“Me quedé en la calle en 2012, con la crisis. Llevo once años esperando un piso de protección oficial que no llega nunca. No tengo ningún asistente social, ya no confío. Me prometieron la luna y el mar y las estrellas. Pero no fue así.
He estado intermitentemente en habitaciones, pero no muchos días porque la pensión que tengo es baja. Intento ahorrar; cada vez que puedo hacerlo, pago una habitación, pero después tengo que volver a la calle. Lo que cobro solo me da para comer, es una pensión no contributiva, tengo una minusvalia reconocida de más del 80%.
Vivir en la calle también me ha afectado la salud. Hay humedad, pasas frío, hay problemas…Te roban, te pueden hacer daño. Y yo tengo problemas en la columna, dolores generalizados por culpa de una enfermedad. Quise operarme, pero me dijeron que no, porque quedaría peor. Imagínate si quedo peor y estoy en la calle.
Mientras tanto, tomo mucha medicación, y en Arrels me la preparan y la guardan. Pero también es difícil. Hago vida aquí en el centro abierto de Arrels, descanso el que puedo…estoy intentando salirme, pero incluso he intentado alquilar un trastero y me han pedido una fianza”.