El proyecto de Arrels empezó a gestarse a mediados de los años 80 de la mano de un grupo de personas vinculadas a las parroquias de Sant Pere Claver del Poble-sec y Sant Miquel del Port de la Barceloneta preocupadas por la situación de las personas sin hogar en Barcelona. El rector de Sant Pere Claver, el jesuita Josep Maria Pañella, lideró el proyecto. Enseguida se añadieron al grupo promotor una serie de entidades como el Secretariado de la Marginación de la Diócesis, la Compañía de Jesús, las Misioneras de la Inmaculada Concepción, las Hijas de la Caridad, San Juan de Dios y Cáritas Diocesana; así como varias personas a título individual. En aquellos momentos apenas había servicios enfocados a esta realidad.
1987 - 1991
Del Raval a las calles de Barcelona
El grupo promotor de Arrels abrió, en noviembre de 1987, un centro en el Raval de Barcelona con una pequeña sala de estar, una ducha con agua de depósito y un pequeño ropero. Enseguida se dio cuenta de que no debía esperar a que las personas se acercaran al centro, sino que había que salir a la calle para dar a conocer el espacio y crear vínculos y confianza con las personas que vivían al raso. El debate y la reflexión era continua, con encuentros mensuales de un creciente grupo de personas voluntarias y las primeras personas contratadas para garantizar estabilidad en los servicios. En 1991, ya se había ampliado el centro abierto con duchas y consigna y ya existían los equipos de calle y de visita a los hospitales, así como el Refugi, un centro de acogida nocturno. En una época en la que sólo estaban las pensiones como opción de alojamiento, el Refugi se pensó como un lugar de paso, como un espacio de reposo de la vida en la calle.
1992-1996
De un piso al sueño de un hogar residencial
Coincidiendo con la euforia preolímpica, Arrels abrió un piso que pretendía ofrecer una salida estable a personas que tenían un trabajo pero la experiencia no funcionó porque las personas fueron perdiendo autonomía y la entidad no pudo ofrecer el apoyo necesario. Aún así, siguió mirando al futuro: se compraron los terrenos donde más tarde se construiría el hogar residencial Pere Barnés y, en 1994, nos trasladamos a la calle Riereta, con más espacio para ofrecer servicios a las personas que venían al centro abierto.
1997-2001
La entidad crece y nos constituimos como fundación
De 1997 a 2001 fueron años de crecimiento. El proyecto del Refugio se transforma en el Programa de Acceso a la Vivienda y en 2001 empieza la actividad del taller prelaboral La Troballa. Para dar respuesta, la entidad suma trabajadores: educadores, trabajadores sociales, y también profesionales de comunicación para sensibilizar a la ciudadanía y de administración interna. En 1998 Arrels se constituye como fundación porque hasta entonces funcionaba bajo la cobertura de la fundación Sant Pere Claver.
2002-2007
Inauguramos la Llar Pere Barnés
Durante los primeros años de la década del 2000, Arrels ofrece alojamiento en 80 personas, entre pensiones y media docena de pisos. Desde 1987, la entidad ha atendido a unas 5.500 personas y cuenta con el apoyo de 180 voluntarios que hacen posible los proyectos. Son años de reconocimiento público: el Consejo Municipal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona nos otorga en la modalidad de Internet el segundo premio a los Medios de Comunicación para la página web en 2003, en 2004 el Instituto de Derechos Humanos nos concede el Premio Solidaridad, y en 2005 el Periódico de Cataluña reconoce la labor de Arrels con el Premio Iniciativa Solidaria. El mayor éxito llega en 2007 con la inauguración del hogar residencial Pere Barnés, un recurso de alojamiento temporal para personas sin hogar, con 30 plazas y 4 más para situaciones de urgencia.
2008-2009
Llegamos a más gente y con más estabilidad
Los últimos años de la década 2000-2010, Arrels incrementa la atención a más personas sin techo y, con la residencia Pere Barnés en funcionamiento, comienza una apuesta por ofrecer alojamiento más estable a las personas. En 2008 se realiza por primera vez, y bajo el paraguas de la Red de Atención a Personas Sin Hogar de Barcelona, un recuento nocturno para saber cuántas personas duermen al raso. En 2009, Arrels se despide de Josep Maria Pañella, una de las personas fundadoras de la entidad.
2010-2013
Más alojamiento y más estabilidad
Arrels sigue intensificando la atención a las personas sin hogar, aumentando el número de plazas en pisos y habitaciones de alquiler y trabajando para que la estancia de las personas en una vivienda sea estable en el tiempo. En este contexto, se trabaja para dar aún más voz a las personas sin hogar y fomentar su participación.
2014-2018
Impulsamos el Housing First y abrimos el Piso Cero
Arrels apuesta por el modelo 'Housing First' (el hogar primero), que prioriza el acceso a una vivienda individual, digna y estable poniendo a la persona en el centro y teniendo en cuenta su opinión. Para hacer este acompañamiento, los equipos de Trabajo Social y de Apoyo en la Vivienda se fusionan en uno solo: el equipo de Apoyo a la Persona. Además, en 2016 Arrels organiza el primer censo de personas que duermen en la calle en Barcelona y se repite de forma anual para saber más sobre su situación. En 2017 se abre el Piso Cero, un recurso de baja exigencia en el barrio del Raval que ofrece alojamiento nocturno a personas que no han encontrado cabida en ningún otro recurso; y en 2018 ampliamos el taller de Arrels para que más personas puedan ocupar el tiempo de una forma útil.
2022
Inauguramos las Llars Tere Villagrasa
A finales de 2022 Arrels pone en marcha en Poblenou un equipamiento que quiere alojar y acoger a personas que viven en la calle y que, a pesar de haber pasado por otros recursos, no han encontrado lo que necesitaban. Se llama Llars Tere Villagrasa, acoge en un mismo edificio diez hogares individuales y también un Piso Cero donde una decena de personas pueden pasar la noche. El equipamiento Llars Tere Villagrasa lleva este nombre en homenaje a Teresa Villagrasa, mujer que durante décadas regentó en Barcelona la pensión Tere y que ofreció un hogar a personas solas, que tenían pocos recursos y que conocíamos desde Arrels. El hecho de poner su nombre en el nuevo equipamiento pretende poner de relieve la importancia del compromiso ciudadano en el acompañamiento a las personas que viven en la calle.