Propuestas al Ayuntamiento de Barcelona

 

En Barcelona, más de 1.300 personas viven en la calle. Es el municipio catalán que más personas que viven al raso acoge y también el que más respuestas públicas y privadas ofrece, aunque insuficientes. Es imposible conseguir #nadiedurmiendoenlacalle solo desde un único municipio porque hay motivos estructurales que van más allá. Sin embargo, creemos que el Ayuntamiento de Barcelona sí que puede implementar políticas efectivas que reduzcan el sinhogarismo.

Uno de los objetivos de todas las administraciones debería de ser acabar con el sinhogarismo, cada una desde sus competencias, pero con una mirada en común: que todo el mundo tenga acceso a una vivienda.

Desde el Gobierno de Barcelona, esto se podría hacer realidad con dos acciones que miran a medio y largo plazo:

  • Invertir en vivienda pública en general y en promociones de vivienda específicas para personas sin hogar. Actualmente, el porcentaje de vivienda pública en la ciudad no supera el 2%.
  • Modificar la normativa de la Mesa de Emergencias Sociales de Barcelona para que las personas que viven en la calle también tengan derecho a acceder a una vivienda social a través de este canal. El acceso a la vivienda no puede estar condicionado por la falta de recursos económicos, el estado de salud de la persona y/o el consumo de tóxicos.

El derecho a la intimidad, al descanso, a la movilidad, al disfrute de los espacios y recursos sociales y culturales, al espacio público, a la higiene, a la integridad física, a guardar en un lugar seguro y estable sus pertenencias y documentación… son algunos de los derechos que, desde el punto de vista del ámbito municipal, ven vulnerados las personas que viven en la calle.

Listamos una serie de propuestas que miran a corto plazo y que se dirigen a todas las formaciones políticas que conforman el Pleno del Consejo Municipal en el Ayuntamiento de Barcelona.

 

Medidas para hacer posible #nadiedurmiendoenlacalle en Barcelona

1.

Abrir espacios pequeños en cada barrio para que centenares de personas dejen de dormir en la calle.

El objetivo es superar el modelo actual de albergues masificados y con listas de espera y ofrecer un lugar seguro donde estar que se adapte a las necesidades de todas las personas (mujeres y personas LGTBIQ+, con adicciones y/o problemas de salud mental, personas con animales de compañía, etc.). Proponemos dos tipos de espacios: por una banda, espacios nocturnos, pequeños y ubicados por todo el territorio. Desde Arrels hemos comprobado que esta opción funciona y que es más económica que los recursos grandes.

Por otra banda, proponemos la creación de espacios residenciales dignos. Se trata de una medida que se recoge en la propuesta de ley para hacer frente al sinhogarismo que actualmente se trabaja en el Parlamento de Cataluña y que apuesta por espacios que preserven la individualidad y la intimidad de las personas, donde puedan estar durante la noche, pero también durante el día y dejar sus pertenencias, entre otras cosas.

Implementar a corto plazo estas propuestas de alojamiento en Barcelona permitiría ofrecer un espacio de protección y pernocta a muchas personas de manera ágil y rápida.

 

2.

Atender a todas las personas que viven en la calle.

Las situaciones de las personas que viven en la calle en Barcelona son muy diversas. Hay personas que han llegado a la ciudad hace poco tiempo en busca de oportunidades y otras que llevan años viviendo en la calle y cuya situación se ha cronificado. Los equipos de calle municipales y los servicios sociales deberían poder conocer y atender a todas estas personas, ya que es una condición indispensable para acceder posteriormente a una plaza pública de comedor social y alojamiento, y para poder empadronarse, entre otras cosas.

En Arrels conocemos sobre todo la realidad de las personas que hace años que permanecen en la calle: muchas han perdido la esperanza y han acabado normalizando su situación, por eso, es necesario que de manera activa los agentes sociales se acerquen a ellos, construyan vínculos y les ofrezcan alternativas. También pedimos no excluir a las personas de todos los servicios públicos que atienden el sinhogarismo cuando las personas tienen alguna situación de conflicto en un servicio concreto.

 

3.

Garantizar el padrón a todas las personas.

Todos los municipios catalanes están obligados por ley a empadronar a sus vecinos y vecinas, tengan o no un hogar; es el punto de partida para acceder al resto de derechos. Proponemos que los servicios sociales (de territorio y especializados en Barcelona) se impliquen desde el inicio y acompañen en el proceso de empadronamiento a las personas sin hogar, para facilitar el trámite y ayudarles a acreditarse. Cuando vives en la calle y quieres empadronarte, te piden un informe social que, si no estás siendo atendido/a por un trabajador/a social, no puedes obtener. Este acompañamiento en los trámites también es importante porque la burocracia es complicada y hay muchos casos de personas que, previamente, necesitan tramitar la documentación básica como el NIE y el pasaporte porque no la tienen.

 

4.

Habilitar recursos básicos en todos los distritos de la ciudad.

Actualmente, los recursos públicos que ofrecen servicios básicos a las personas sin hogar se ubican en los extremos de la ciudad (como en el caso de los Centros de Primera Acogida para dormir) o son inexistentes en muchos barrios y distritos (como en el caso de los servicios de higiene y de ducha) y las personas que viven en la calle invierten muchas horas en desplazarse de un lugar a otro.

En cada distrito de la ciudad deberían existir recursos básicos públicos —como duchas, vestuarios, consignas, lugares de descanso diurnos, etc.—, a los que las personas que viven en la calle pudieran acceder directamente y sin necesidad de derivación por parte de Servicios Sociales. Es una manera de garantizar el derecho a estos servicios y de crear vínculos con las personas para transformar su situación.

 

5.

Modificar la Ordenanza de Convivencia para garantizar los derechos de las personas sin hogar.

Hay que volver a poner sobre la mesa el debate sobre la Ordenanza de Convivencia Ciudadana en el espacio público de Barcelona. La Ordenanza no puede considerar la situación de las personas sin hogar como un problema de convivencia ni objeto de sanciones. Entidades como Arrels lo llevamos diciendo desde hace años y también se refleja en la propuesta de ley para abordar el sinhogarismo que se está trabajando en el Parlamento de Cataluña.

Desde Arrels, pedimos que las cuestiones que afectan al sinhogarismo se aborden desde una perspectiva social y no desde la normativa de convivencia de la ciudad. No se puede multar a una persona que duerme al raso por beber en la calle, dormir en un banco o por hacer sus necesidades, cuando no tiene un hogar ni servicios públicos que pueda utilizar.

 

6.

No criminalizar a las personas que viven en la calle desde los servicios municipales.

Tirar a la basura las pertenencias de las personas que duermen en la calle, echarlas del lugar de descanso o poner elementos de arquitectura hostil en edificios públicos son prácticas que no solo no solucionan el problema, sino que únicamente lo trasladan. Este tipo de intervenciones criminalizan a las personas sin hogar y se podrían tildar de aporofóbicas. Además, transmiten un mensaje a las personas que viven en la calle de no ser bienvenidas y que molestan, y las obliga a buscar de nuevo un lugar seguro donde dormir, a tramitar la documentación que les han podido tirar y a buscar ropa o los objetos que necesitan en el día a día.

Pedimos a los servicios municipales, como los servicios de limpieza y de seguridad, tener en cuenta la situación de vulnerabilidad social y residencial de las personas y los efectos que estas prácticas pueden tener. También pedimos activar todos los recursos sociales y de gestión de conflicto necesarios para minimizar la situación. Como recoge la Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad, las personas que sufren una situación de mayor vulnerabilidad deberían contar con medidas específicas de protección.

En el caso de la retirada de pertenencias por parte de los servicios de limpieza, por ejemplo, una solución es habilitar servicios públicos de consigna, donde las personas puedan dejar sus pertenencias de manera estable. Como indica el Síndic de Greuges de Barcelona en una resolución emitida en abril de 2023, también hay que encontrar fórmulas para conciliar la necesidad de depositar las pertenencias de las personas sin hogar con la limpieza de los espacios públicos, sin que ello suponga ninguna vulneración de derechos.