Tener una vivienda es un derecho al que todo el mundo debería acceder. No es un lujo, es una necesidad básica. Una vivienda proporciona estabilidad, intimidad, seguridad. Y es la pieza fundamental que permite a las personas que han vivido en la calle transformar su situación.
Creemos que los recursos deben adaptarse a las personas, y con este objetivo hemos buscado a lo largo de los años distintas soluciones residenciales. Desde 2014 Arrels apuesta por el modelo Housing First, que prioriza el acceso desde el primer momento a una vivienda individual, digna y estable, poniendo a la persona en el centro y teniendo en cuenta su opinión. El acceso a la vivienda, en imágenes.
Tener un hogar no es solo tener un techo; significa mejorar la salud física y mental, recuperar la relación con el entorno, y aprender a gestionar el tiempo y los ingresos. Arrels se adscribe al criterio de la plataforma europea Feantsa: elegimos hablar de “sin hogar” antes que de “sin techo” para poner el acento en el aspecto vivencial, familiar y cultural. Una persona sin hogar ha perdido algo más que un espacio donde vivir. Ha perdido también recursos y lazos afectivos.
Housing First significa “la casa primero” y ofrece a personas en situación de máxima vulnerabilidad la oportunidad de acceder directamente a una vivienda individual, estable y permanente. El papel de Arrels es acompañar, respetando el proceso y las decisiones de la persona. Ofrecer apoyo social y no condicionar la vivienda a factores como dejar de beber o seguir una pauta de medicación. Se basa en tres requisitos: la persona debe aportar el 30% de sus ingresos; aceptar una visita semanal de seguimiento social y mantener buena relación con el vecindario.
Empezar a vivir en un piso significa recuperar la autoestima, habilidades domésticas y relacionales. En 2023, hemos alojado a 267 personas sin hogar, la mayoría de las cuales están en pisos individuales. Algunas de estas personas tienen una salud frágil y necesitan ayuda para ducharse o limpiar el polvo de la casa. Arrels los acompaña con apoyo domiciliario. En algunos casos este apoyo surge entre los compañeros de piso con toda naturalidad. También se intentan respetar las necesidades de intimidad de las parejas.
¿Qué ocurre con las personas que viven en la calle desde hace muchos años y nos dicen que no quieren vivir en una vivienda estable? Desde Arrels les ofrecemos un espacio seguro y acogedor donde pasar la noche y empezar a crear vínculos. Este espacio es el Piso Cero, un recurso de baja exigencia para personas que viven en la calle desde hace mucho y no han encontrado ningún recurso que se adapte a sus necesidades. Se concibe como una prolongación de la calle y la normativa es muy flexible; se puede beber, acceder con animales de compañía, dormir en la terraza, etc.
La calle deteriora la salud, tanto física como mental. Muchas personas sin hogar sufren diversos trastornos crónicos que no les permiten vivir de forma autónoma y que les dificultan obtener una plaza en recursos públicos o privados. Esto ocurre, por ejemplo, cuando una persona tiene problemas de salud mental y alcoholismo.
Arrels acoge a estas personas en la Llar Pere Barnés.
Quien siente que tiene una casa siente que es alguien. Con este objetivo, Arrels da apoyo durante los trámites necesarios para que las personas sin hogar puedan conseguir pisos propios, a nombre de la persona que lo habita y no a nombre de la entidad. Arrels seguirá acompañando a la persona y ofreciéndole apoyo social.
Cuando una persona vive en la calle rompe con casi todos, o con todos los vínculos sociales que tenía, y uno de los esfuerzos importantes que debe afrontar cuando sale de la calle es adaptarse a un nuevo entorno y volver a crear una red social. Cuando la persona empieza a vivir sola en un piso, la soledad también está presente, y es necesario pensar cómo afrontarla para que la persona tenga más opciones que quedarse en casa viendo la televisión o acudir al centro abierto de Arrels.
En estos momentos Arrels ofrece alojamiento en viviendas que se encuentran en Barcelona, Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Granollers, Vilassar de Mar i Hospitalet de Llobregat. Pero encontrar pisos pequeños y a un precio inferior a 500 euros está siendo imposible debido a la situación del mercado inmobiliario. Además encontramos reticencias por parte de los arrendadores, quienes tienen miedo de que en su piso se instale alguien que ha vivido en la calle. ¿Tienes un piso para alquilar?
Arrels trabaja con otras entidades de Barcelona en el marco de la Red de Viviendas de Inclusión Social para mejorar los recursos de alojamiento existentes para personas sin hogar.
También formamos parte de la Fundació Mambré, que busca dar una respuesta específica a las necesidades residenciales y laborales de las personas sin hogar.