Vivir en la calle deteriora la salud porque la persona está expuesta a muchos riesgos como la violencia, el frío, la lluvia o las insolaciones, pero también tiene que enfrentarse día a día al miedo, a la inseguridad y a la falta de descanso. Según la encuesta a personas que viven en la calle, realizada en junio de 2021, el 59% afirma tener un estado de salud delicado y el 19% explica que tiene alguna enfermedad crónica.
Vivir en la calle también afecta a la salud mental. En algunas ocasiones, las personas presentan más de una patología y no encuentran respuesta en ningún centro. El reto es encontrar recursos adecuados y estables adaptados a les necesidades de estas personas.
Las personas sin hogar, a pesar de los problemas de salud que padecen, se desvinculan a menudo de la red sanitaria. En Arrels hacemos de puente y las acompañamos a los ambulatorios, hospitales y centros de seguimiento de tratamiento de toxicomanías.
En 2023 hemos acompañado a 333 personas para acceder a la red de atención sanitaria, de atención a la salud mental y a las adicciones.
A todo el mundo le gusta recibir visitas cuando está hospitalizado. Por eso, un equipo de personas voluntarias y colaboradoras se dedica específicamente a visitar y a acompañar a personas sin hogar que tienen que estar más o menos tiempo en el hospital.
Cosas tan sencillas como llevar un peine o un pijama, regalar un libro o una revista y ofrecer un rato de compañía mejoran anímicamente la salud de las personas.
A menudo, las personas que viven en la calle no tienen tarjeta sanitaria ni ningún tipo de documentación porque la han perdido o se la han robado. Según el censo 2019 de personas que viven en la calle, sólo el 53% de las personas encuestadas tienen tarjeta sanitaria, un dato que disminuye por tercer año consecutivo.
El acompañamiento facilita tramitar de nuevo la documentación y dotar de acceso a la sanidad a personas que viven en la calle.
Los miércoles, voluntarias de Salut Sense Sostre vienen al centro abierto de Arrels para pasar consulta médica a personas que acompañamos.
La asociación, formada por profesionales del ámbito sanitario, se coordina con los centros de salud y también está presente en varios espacios de atención a personas sin hogar.
El objetivo es mejorar el estado de salud de las personas más vulnerables, estableciendo un vínculo de confianza e intentando vincularlas al sistema sanitario correspondiente.
Arrels trabaja de forma coordinada con la red de salud normalizada y el Equipo de Salud Mental para Personas Sin Hogar en Barcelona (ESMES) para visitar a personas con un trastorno mental grave.
Desde 2015, Arrels quiere profundizar en el conocimiento y el diagnóstico neurológico para entender mejor los trastornos de conducta y ofrecer una mirada más integral a la persona.
En Arrels también acompañamos a personas con adicciones como el alcohol. En algunos casos, se acompaña a la persona en el tratamiento de desintoxicación y en otros, se trabaja desde la reducción de daños, siempre respetando la voluntad y el tiempo de las personas.
Algunas personas que atendemos sufren dos o más trastornos, como una enfermedad mental y una adicción al alcohol, y no encuentran donde recuperarse. En estos casos entra en juego la Llar Pere Barnés de Arrels, que acoge a personas que han vivido en la calle y tienen la salud frágil, tanto física como mental, mientras se encuentra plaza en otro recurso especializado.
Las personas que viven en la calle padecen trastornos alimentarios y no tienen una alimentación sana. Intentamos que vuelvan a hacer tres comidas diarias.
La mayoría de las personas que conocemos necesitan tratamientos médicos pautados, pero muchas de ellas tienen dificultades para guardar y administrarse la medicación.
En Arrels tenemos un servicio de farmacia donde se dispensan las medicinas que cada persona necesita.
Vivir en la calle implica tener que desplazarse a pie todo el día de un lugar a otro y a menudo con un calzado no del todo adecuado, de modo que los pies se acaban resintiendo. Por eso es tan importante el servicio de podología de Arrels que, una vez a la semana, trata pequeños problemas de los pies de las personas que atendemos en el centro abierto.
La música se ha convertido en una buena aliada para el bienestar de las personas sin hogar en Arrels ya que permite relacionarse, fortalecer vínculos y pasar un buen rato.
En la llar, además, se convierte en un gran instrumento terapéutico para hacer frente a la apatía, que afecta a un 77% de las personas residentes (según datos de 2015).