Con motivo de las elecciones municipales de este 28 de mayo, desde Arrels hemos analizado los programas electorales de ocho formaciones políticas para saber si se fijan o no en la problemática del sinhogarismo y si elaboran propuestas transformadoras, que palíen la situación o bien que puedan afectar negativamente a las personas que viven en la calle. Os lo explicamos.
Barcelona es el municipio catalán donde más personas viven en la calle y también donde se ofrecen más respuestas públicas y privadas, aunque desgraciadamente son insuficientes. En la ciudad, más de 1.200 personas viven al raso, pero solo un 32% podría votar en estas elecciones municipales. Tienen muchos derechos vulnerados y poca opción de participar, elegir y ser escuchadas. Quién acabe formando gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona llevará a cabo políticas que, directa e indirectamente, afectarán a las personas que viven en la calle. Por eso, hemos querido saber qué dicen los programas electorales de ocho partidos políticos que se presentan a la alcaldía de la ciudad.
Nos hemos fijado en las propuestas que específicamente mencionan a las personas sin hogar y también en algunas propuestas que no citan el sinhogarismo, pero que podrían afectar a las personas que viven en la calle. En total, hemos revisado propuestas centradas en doce cuestiones, como el acceso a la vivienda y el alojamiento temporal, el padrón, la convivencia en el espacio público y la prevención de nuevas situaciones de sinhogarismo, entre otras. El 13% de las propuestas analizadas encaran la problemática de una manera transformadora, un 41% la afrontan con medidas que palían la situación, un 43% no hablan del tema y el 3% proponen acciones que afectarían negativamente a las personas que viven en la calle.
En general, hemos detectado:
- Servicios sociales o vivienda. Hay programas electorales que abordan el sinhogarismo desde una mirada de servicios sociales y otros que también incorporan la mirada desde la vivienda. Desde Arrels, creemos que es imprescindible ofrecer vivienda o alojamiento estable, pero sobre todo es necesario una estrategia municipal a largo plazo que implique a todos los departamentos municipales y de otras administraciones, y que incluya otros derechos como la salud o el espacio público.
- Prevención. En general, los programas electorales no recogen miradas para evitar o reducir el número de episodios de retorno de personas sin hogar a situaciones de calle.
- Housing First. El modelo de atención Housing First está presente en muchos de los programas electorales y también se empiezan a tener en cuenta necesidades específicas vinculadas con el sinhogarismo femenino y con el sinhogarismo juvenil. Es una buena noticia que en los últimos años varias formaciones políticas hayan incorporado esta visión. Hace falta, sin embargo, no tratarlo como programas parciales y acotados, sino desde una perspectiva amplia e incorporando poco a poco otras situaciones existentes.
- Medidas básicas para garantizar derechos. El ámbito municipal tiene competencias importantes en el abordaje del sinhogarismo que pueden garantizar o restringir derechos a las personas. Dos ejemplos claros son la ordenanza de convivencia de Barcelona y el padrón. Los programas que hemos analizado abordan la ordenanza de convivencia desde una mirada que apuesta para reformarla e incluir sanciones con un carácter más social, pero también con una mirada más punitiva y restrictiva. En Arrels hemos contabilizado hasta 140 expedientes por multas relacionadas con la ordenanza de convivencia a personas sin hogar que conocemos, entre los años 2021 y 2022; no se tendría que sancionar a las personas sin hogar por hacer uso del mobiliario urbano o beber en la calle cuando no tienen un hogar donde vivir. En el caso del empadronamiento, únicamente cuatro programas electorales se fijan en las personas en situación de vulnerabilidad: pedimos tener en cuenta la realidad de las personas que viven en la calle, para facilitar el empadronamiento sin domicilio fijo y minimizar las dificultades que tienen para acreditar que viven en la calle en la ciudad. En la actualidad, una de cada cuatro personas que vive al raso en Barcelona dice no estar empadronada en ninguna parte.
¿Qué dicen los programes electorals?
De la lectura que hemos hecho de los programas electorales, destacamos tres tipos de acciones importantes que podrían transformar y mejorar la vida de las personas que viven al raso:
- Una estrategia integral para abordar el sinhogarismo. Solo tres de los ocho programas electorales analizados hablan del sinhogarismo desde una visión más amplia y transformadora. En estos tres programas se habla de acuerdos más amplios como un plan integral, una estrategia de ciudad y un plan de choque. Desde Arrels, consideramos indispensable contar con una estrategia que mire a largo plazo, que mejore la atención básica de las personas y sobre todo que apueste por el alojamiento estable y que se incorpore y se desarrolle entre diferentes concejalías del Ayuntamiento.
- Más vivienda estable y menos alojamiento temporal. Las miradas sobre esta cuestión en los diferentes programas electorales son diversas. Cinco de las ocho formaciones políticas hablan de facilitar el derecho a la vivienda a las personas sin hogar, mediante programas de intervención como el Housing First o ampliando derechos proponiendo reformular el acceso a la Mesa de Emergencias. Se habla también de posibles centros de acogida para mujeres y para personas que consumen tóxicos. Desde Arrels, apostamos por alojamiento y recursos que garanticen estabilidad a las personas, que permitan mejorar su situación y saber que no volverán a vivir en la calle.
- Más coordinación entre administraciones. Un reto pendiente de los últimos años es la necesaria coordinación entre diferentes administraciones, municipios del área metropolitana y el gobierno de la Generalitat. Los programas electorales de este año lo recogen de manera tibia. Serviría, por ejemplo, para asegurar que una persona que sale de prisión o que recibe el alta en el hospital tiene siempre un alojamiento a donde ir.
Además, algunos programas hablan de vivienda de protección oficial o para situaciones de emergencia, de la figura del alcalde de noche y de reformas en el modelo de atención social, entre otros. Se trata de medidas que no incluyen expresamente a las personas sin hogar, pero que, según cómo se implementen, podrían tener un impacto positivo en su realidad.
¿Qué no dicen los programas electorales?
El espacio que se dedica al sinhogarismo en los programas electorales es breve y hay cuestiones que desde Arrels consideramos importantes y que no se recogen. Algunas de estas propuestas serían:
- Recuentos y censos. Ninguno de los programas electorales menciona la necesidad de hacer recuentos y censos de manera periódica en Barcelona para dimensionar la realidad del sinhogarismo y las necesidades de las personas que viven en la calle.
- Tampoco se hace referencia (excepto en uno de los programas) a la aporofobia y a medidas para prevenirla y combatirla.
- Recursos básicos para el día a día. El año pasado, una de cada cuatro personas que vivía en la calle en Barcelona nos explicó que tenía dificultades para acceder a los recursos básicos diarios. La mayoría de los programas electorales, sin embargo, no mencionan la necesidad de mejorar e incrementar el número de recursos donde comer caliente, ducharse, cambiarse de ropa o descansar. Hace falta también que estos recursos se ubiquen en todos los distritos de la ciudad para evitar que las personas tengan que desplazarse continuamente y acaben destinando el día a sobrevivir.
- Las medidas que contempla la propuesta de ley para abordar el sinhogarismo en Cataluña deberían marcar los mínimos a seguir. Ninguno de los programas electorales menciona la importancia de esta proposición de ley que actualmente se está debatiendo en el Parlamento. El texto legal establece la necesidad de tener espacios residenciales dignos por todo el territorio, la obligación de empadronar a todo el mundo y de garantizar el acceso al sistema público de servicios sociales. También la necesidad de habilitar centros de baja exigencia y servicios básicos de higiene y la prohibición de que las ordenanzas municipales tipifiquen como infracción algunas prácticas que afectan a las personas sin hogar.
- Agilizar los trámites para dar respuestas más rápidas. Desde que una persona empieza a vivir en la calle y consigue la primera cita con servicios sociales, pueden pasar hasta dos meses. Después, necesitará esperar unas semanas más para saber si puede acceder a algún recurso o no. Por otro lado, tendrá que invertir tiempo en pedir las citas y buscar ayuda para realizar los trámites burocráticos, la mayoría en línea. Si la persona necesita empadronarse previamente, el tiempo se alarga. Son días que van sumando vida en la calle. De media, sabemos que las personas que viven al raso están en esta situación desde hace 4 años y 4 meses; el 65% de las personas que entrevistamos el año pasado hacía más de seis meses que vivía en el raso. Un 47% nos explicó que no había recibido atención social pública o privada a corto plazo.
- Cuidar de la salud desde la proximidad. De media, una persona que vive en la calle en Barcelona vive 27 años menos que el resto de vecinos y vecinas de la ciudad. Tener que vivir a la intemperie deteriora el estado de salud orgánica, neurológica y mental. Situaciones como dar el alta hospitalaria a una persona que necesita convalecencia y reposo y que esta persona vuelva a la calle son habituales por la falta de centros de convalecencia y por el desconocimiento que muchas veces hay entre los ámbitos sanitario y social. Sabemos que las competencias en salud son sobre todo autonómicas, pero desde Arrels creemos que se puede aportar una perspectiva local y de proximidad. Crear equipos de calle específicos con profesionales de salud orgánica y emocional, habilitar recursos de convalecencia para las personas enfermas, contar con figuras que velen por la salud en los recursos de atención al sinhogarismo, etc., son algunas de las medidas que aportamos desde Arrels.
Más información: