¿Qué sabemos realmente sobre las personas sin hogar? Vivir en la calle es una realidad invisible sobre la cual todavía hay mitos y prejuicios. Este verano, te invitamos a desmontarlos. Romper con los mitos y prejuicios significa entender la complejidad de esta problemática, que nada es blanco o negro, que a nuestras decisiones se suman otros factores de la sociedad y que todos podemos colaborar para hacer posible #nadiedurmiendoenlacalle. Súmate a #ProuPrejudicis.
“Acción de prejuzgar. Actitud no razonada, falta de aprobación, que se manifiesta en formas de antipatía o de simpatía hacia individuos, grupos, razas, nacionalidades, ideas, etc.”
1.
El alcoholismo o el consumo de drogas no son la única causa para llegar a vivir en la calle. En muchas ocasiones pueden ser consecuencia y hay casos en que la persona no consume nada. Personas que conocemos comenzaron a beber porque querían evadirse, dejar de pasar frío y no pensar que los podían agredir. “Cuando vives en la calle, la droga y el alcohol pueden llegar fácilmente; salir es un esfuerzo enorme y necesitas ayuda.” El punto de partida debería ser entender que hablamos de enfermedades y no culpar a la persona.
2.
¿Por qué hay personas que duermen en la calle y no quieren ir a un recurso aunque haga frío? Los motivos están relacionados con que estos espacios a menudo no tienen en cuenta lo que quiere y necesita la persona. Dormir en un recurso temporal implica compartir el espacio con mucha gente, falta de intimidad y tranquilidad y tener que dejar fuera los bultos y los animales de compañía. “Cuando entras en un albergue sabes que no es la solución definitiva y que puedes volver a la calle.” La solución debería ser pisos a precios asequibles donde la persona pueda vivir de manera estable y espacios más pequeños y de proximidad.
3.
Según datos del censo de personas que duermen en la calle en Barcelona, el 66% de las personas no reciben dinero por parte de la administración. Muchas personas que duermen en la calle han trabajado, algunas trabajan en la economía informal y otros tienen un empleo normalizado pero los ingresos son muy bajos y no alcanzan para pagar un alojamiento. También hay personas que nunca podrán volver a trabajar porque la vida en la calle les ha afectado y su salud es muy frágil. Y hay muchas otras que destinan todo el día a sobrevivir y a ir de un recurso a otro para poder comer, ducharse, dormir…
4.
El 33,5% de las personas que viven en la calle en Barcelona tienen nacionalidad española, un 38,3% son comunitarios y el 24,9% son extracomunitarios, según datos del censo de personas sin hogar realizado en junio de 2017. La carencia de una red de contactos, las dificultades administrativas para adquirir documentación, el idioma y la discriminación por ser extranjeras implica que muchas personas inmigrantes se encuentren en una situación más frágil respecto al resto de la población.
5.
Una persona acaba viviendo en la calle porque su situación se ha ido deteriorando con el tiempo. Tiene que ver con la suma de muchas causas y en cómo se gestionan. Algunas dependen de la propia persona pero otras tienen que ver con la sociedad en que vivimos: el paro, el precio de la vivienda, los movimientos migratorios, la rigidez de los servicios sociales y de los mecanismos de ayuda, un divorcio, la muerte de un ser querido, la formación, la salud…
6.
En un hogar hay necesidades básicas que tenemos cubiertas y de las que a menudo no somos conscientes. Vivir en la calle significa estar más expuesto a situaciones de conflicto público y a sanciones porque no tienes un lavabo donde ir, una ducha, una cocina, un sofá… toda tu vida pasa en la calle. Además, estás expuesto a sufrir violencia física y verbal. Los datos del censo de personas que viven en la calle en Barcelona alertan que un 31,6% de las personas han sufrido agresiones. “Uno intenta estar tranquilo cuando duerme en la calle pero se dan situaciones que te llevan a la violencia.”
7.
Nadie vive en la calle por decisión propia. Un día te ves durmiendo en la calle y no sabes exactamente lo que ha pasado; hay motivos personales pero también estructurales y que tienen que ver con la sociedad en la que vivimos. Pierdes la confianza en los demás: si estás en la calle es porque nadie te ha sabido ayudar ni tú has sabido pedir ayuda. A veces hay personas que dicen que no quieren nada; esto ocurre porque reconstruir la confianza y los lazos cuesta mucho. “También depende de lo que te ofrezcan. Si me ofrecen vivir en un piso mañana mismo diría que sí pero no hay pisos. Los equipos de calle deberían preguntar a la gente qué necesita.”
“Dicha, narración, etc., fabulosa y generalmente contrapuesta a cualquier tipo de formulación razonada y demostrada; empleada sobre todo para expresar convicciones filosóficas, cosmovisionales o religiosas.”
1.
¿En qué recursos pensamos cuando hacemos esta afirmación?¿Comedores sociales? ¿Duchas? ¿Albergues? ¿Viviendas estables para dormir? Si vives en la calle en Barcelona, por ejemplo, no puedes cenar caliente en un comedor social público y tienes que destinar muchas horas al día a desplazarte para ir de un lugar a otro. Los recursos no están pensados teniendo en cuenta las necesidades de la persona; alivian necesidades inmediatas y temporales pero no miran a medio ni largo plazo.
2.
Una persona que vive o que ha vivido en la calle tiene capacidad para decidir qué hacer con su vida y cómo afrontar los retos y las dificultades que van surgiendo. Su opinión y su derecho a decidir sobre su propia vida no es menos valioso que el punto de vista que puede tener cualquier otro ciudadano o profesionales de servicios sociales. Hay que escuchar más.
3.
El proceso para que una persona deje de vivir en la calle es lento porque hay que reconstruir vínculos y confianza que permitan a la persona hacer pasos adelante. La situación, sin embargo, no se soluciona cuando se entra a vivir en un alojamiento y llegan retos importantísimos como mejorar el estado de salud, tener ingresos suficientes, conseguir un hogar estable, ocupar el tiempo de una manera útil, etc. “Tienes un techo pero lo tienes que conservar y necesitas hacer un esfuerzo muy grande para cambiar el chip de cuando vivías en la calle. Un ejemplo: hay que acostumbrarse a dormir en una cama.”
4.
Los datos del censo de personas que duermen en la calle en Barcelona de este 2017 indican que el 54,4% de las personas no han sido atendidas por un trabajador social o similar en los últimos meses o que no son conscientes de ello. “Hay personas que sí piden ayuda a servicios sociales pero otras no. Suele ser gente que vive en la calle hace tiempo, que en su momento fue a pedir ayuda y que no encontraron la respuesta que buscaban.”
5.
No entraremos a discutir si en Barcelona se vive mejor en la calle que en otras ciudades porque las temperaturas no bajan mucho en invierno, sólo destacamos una frase de una de las personas sin hogar que nos ha ayudado a escribir todas estas ideas: “No importa si en Barcelona hace buen tiempo o mal tiempo. Cuando vives en la calle estás expuesto y es peligroso”.
6.
En Cataluña no sabemos exactamente cuántas personas duermen en la calle y cómo se reparten por el territorio. Barcelona es el municipio que tiene más personas contabilizadas: 1.026 personas durmiendo en la calle, 1.954 en albergues y recursos públicos y privados y 415 en asentamientos, según las cifras del último recuento. El problema, sin embargo, existe en otros municipios que necesitan dotarse de recursos y atender a las personas que duermen en la calle sin que éstas tengan que irse a un municipio más grande que las ayude.
7.
Finlandia es el primer país europeo que casi ha conseguido el reto #nadiedurmiendoenlacalle, implementando una estrategia nacional para abordar el sinhogarismo y con soluciones que se fijan en la vivienda estable. En Arrels estamos convencidos de que también lo podemos conseguir y, si estáis leyendo esto, es porque seguramente ¡también lo creéis posible! El reto es enorme pero se puede lograr con políticas y recursos más eficaces.
Hemos intentado desmontar estos mitos y prejuicios con las respuestas de dos personas que saben qué significa vivir en la calle. Lo hemos complementado con cifras del Censo de personas que duermen en la calle en Barcelona y con las Recomendaciones sobre el tratamiento informativo del sinhogarismo de la Xarxa d’Atenció a Persones Sense Llar.
Más información
- Este reportaje forma parte del número 12 de la revista Arrela’t, que habla de los mitos y prejuicios hacia las personas sin hogar.
- Conseguir que una persona deje la calle no se hace de la noche a la mañana pero puedes poner tu granito de arena. ¿Qué hacer si ves a alguien durmiendo en la calle?
Volví a España hace tres meses aproximadamente y casi todos los días me atormenta la idea de acabar viviendo en la calle. En Venezuela fui un Profesional; desde que regresé a España no consigo trabajo de ningún tipo y hasta ahora no recibo ayuda del gobierno.