En 2015, Naciones Unidas marcó una serie de objetivos para luchar contra la pobreza. La Unión Europea ha asumido el reto y, entre los temas que ha puesto sobre la mesa, destaca el acceso a la vivienda digna y la problemática del sinhogarismo. La red europea Feantsa insta a hacer políticas efectivas para cumplir los objetivos fijados antes del año 2030.
En la Unión Europea (UE) se sabe que hay 219,9 millones de hogares y que, en media, cada hogar invierte el 40% de sus ingresos en pagar la vivienda. También se sabe que el 16,8% de las familias (cerca de 40 millones) viven en condiciones de hacinamiento y que el 4,8% de las familias (unos 11 millones) afrontan una situación de privación en casa. La cifra que aún se desconoce, sin embargo, es el número de personas que en la Unión Europa viven en la calle o no tienen hogar.
Esta información la da un informe de 2017 de la federacinó europea de organizaciones nacionales que trabajan con personas sin hogar (Feantsa) y la organización francesa Abbé Pierre, que alerta del aumento del número de personas que duermen en las calles de todos los países europeos, excepto Finlandia. El cálculo no es fácil porque no hay criterios comunes para recoger este tipo de datos.
En Inglaterra, en un recuento nocturno realizado el año pasado se contabilizaron a 4.751 personas durmiendo en la calle; en comparación al año 2014, la cifra ha aumentado un 160%. En Alemania se calcula que hay 860.000 personas sin hogar y que la cifra ha aumentado en un 150% entre 2014 y 2016. En Bélgica, en 2016 se contabilizaron a 3.386 personas durmiendo en la calle en una noche, un 96% más que el año anterior.
La UE se ha propuesto “conseguir que las ciudades y asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles” y quiere garantizar antes de 2030 “el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles”. Este objetivo es uno de los 17 retos aprobados en 2015 en la Cumbre para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y que firmaron los 193 Estados miembros.
Otro objetivo asumido por la UE y relevante en la lucha contra el sinhogarismo es “erradicar antes del año 2030 la pobreza extrema para todas las personas del planeta”, y “reducir como mínimo en un 50% el número de personas que viven en la pobreza”. Según Feantsa, la falta de vivienda es quizás la representación más extrema y evidente de la pobreza en Europa, así como uno de los problemas menos discutidos y visibles de las políticas públicas europeas. En este sentido se habla también de salud y bienestar porque la falta de vivienda está directamente relacionada con el deterioro de la salud y reduce los años de vida. El año pasado, por ejemplo, murieron en Barcelona 57 personas que vivían o habíen vivido en la calle; la edad media era de 59 años.
Los retos de la UE
Han pasado más de dos años desde la celebración de la cumbre de Naciones Unidas y Feantsa reclama avances y resultados por parte de la UE:
- Saber cuántas personas duermen en la calle y dimensionar la problemática, así como fijar mecanismos de medición y estandarización para saber de qué hablamos cuando hablamos de sinhogarismo en Europa.
- El hecho de dimensionar permitirá desarrollar una política europea efectiva de lucha contra el sinhogarismo. Este plan de acción debe alejarse del modelo de atención tradicional que prioriza el acceso a albergues, según Feantsa.
- Más compromiso real y más acciones efectivas. Hacer visible la problemática debería generar un incremento de las inversiones y recursos en el ámbito local. Al mismo tiempo, la UE debería hacer un seguimiento de las acciones puestas en marcha por los Estados miembros y monitorizar los resultados.
- Todas las iniciativas deberían tener vocación de transversalidad y deberían integrarse en otras políticas sectoriales, como las destinadas a personas jóvenes o migrantes o al empleo.
Hay que dejar de hablar de “gestionar la falta de vivienda” y empezar a actuar para “acabar con la falta de vivienda”, afirmaba recientemente Leilani Farha, en representación de Naciones Unidas, en un encuentro organizado por la red europea Feantsa que aglutinó a más de 350 delegados de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que luchan contra el sinhogarismo. Por su parte, el director de Feantsa, Freek Spinnewijn, hacía hincapié en el hecho de que muchas de las políticas impulsadas hasta ahora por la Unión Europea no se han demostrado eficientes y no han llegado a las personas a las que van destinadas.
En este contexto, desde Feantsa se plantean algunos retos urgentes dirigidos a los gobiernos, a las entidades sociales y a la ciudadanía en general:
- La oferta de realojo debe ser inmediata, nadie debería vivir en la calle más de dos días.
- Criminalizar y penalizar a la persona que vive en la calle sólo tiene una consecuencia: aleja a las personas son hogar de la posibilidad de mejorar su situación.
- Cada vez hay más mujeres viviendo en la calle y las mujeres sin hogar son un colectivo doblemente vulnerable. Hay que poner en marcha políticas de prevención y alerta, tanto para evitar que siga aumentando el número de mujeres viviendo en la calle, como para detectar y actuar ante posibles violencias.
- Es necesario dedicar especial atención a las personas migrantes: modificar los sistemas de prestación social para que tengan en cuenta a las personas migradas, incrementar los recursos y mejorar la legislación y las políticas de visado y asilo.
Más información:
Lee el informe sobre la exclusión en el acceso a la vivienda en Europa, de la fundación Abbé Pierre y Feantsa.
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