Sea cual sea el resultado de las elecciones municipales del 26 de mayo en Barcelona, el gobierno resultante en el Ayuntamiento de Barcelona deberá afrontar la realidad de las personas que duermen en la calle en la ciudad. Desde Arrels, proponemos actuar en dos líneas básicas: fomentando las opciones de vivienda y garantizando los derechos de las personas que viven en la calle.
Un millar de personas viven en la calle en Barcelona, más de 2.100 duermen en recursos públicos y privados y unas 500 personas viven en asentamientos, según los datos del recuento realizado en mayo de 2018. A estas cifras se añade otra recogida por el consistorio municipal que visibiliza 291 niños y adolescentes atendidos por el Servicio de Detección e Intervención con Menores no Acompañados durante el 2017.
Entre los años 2008 y 2018, el número de personas adultas que viven en la calle en Barcelona ha aumentado en un 45%; también han aumentado las plazas públicas y privadas para intentar dar respuesta a esta realidad, pero lo han hecho a una velocidad menor.
Recogemos cinco propuestas políticas que se dirigen a todas las formaciones políticas que se presentan a las elecciones del 26 de mayo en Barcelona.
1. Más vivienda pública para personas que duermen en la calle
- El contexto. De toda la vivienda que existe en la ciudad de Barcelona, la vivienda pública no supera el 2% y las personas sin hogar tienen dificultades para acceder. Para fomentar el acceso de las personas sin hogar a la vivienda, se han intentado varias opciones. Por un lado, el Plan de Lucha contra el Sinhogarismo 2016-2020 ha propuesto pasar de las 50 viviendas que siguen el modelo Housing First a 150; el objetivo es insuficiente y de momento no se ha logrado. Por otra parte, únicamente se ha puesto en marcha una dotación habitacional específica con 47 pisos para personas en situación vulnerable.
- ¿Qué proponemos? Las personas sin hogar no pueden quedar al margen de la vivienda pública. Pedimos más facilidades para poder acceder, más promociones específicas de vivienda pública que tengan en cuenta esta realidad y promover la colaboración entre la administración y las entidades sociales para ampliar el número de viviendas que siguen el modelo Housing First.
2. Menos albergues y más espacios de baja exigencia
- El contexto. En Barcelona hay tres albergues a los que las personas sin hogar pueden ir directamente, pero hay lista de espera de meses para poder entrar. En un segundo nivel, también hay centros especializados para personas sin hogar con otras problemáticas a los que sólo se puede acceder con la derivación de servicios sociales. Los albergues se sitúan en zonas poco céntricas de la ciudad (para llegar desde el centro de Barcelona, la persona tiene que caminar entre una hora y una hora y media) y a esto se añade su coste: el precio de noche para plaza es de unos 60-70 euros. En Arrels hace dos años que hemos puesto en marcha un espacio de baja exigencia llamado Piso Zero y hemos comprobado que los espacios más pequeños, con más flexibilidad y ubicados en zonas más céntricas de la ciudad son una respuesta útil.
- ¿Qué proponemos? Abrir Pisos Zero en cada barrio de Barcelona para que las personas que duermen en la calle no tengan que desplazarse largas distancias, encuentren un espacio donde pasar la noche de manera segura, puedan entrar con todas sus pertenencias y estar el tiempo que necesiten. Habilitar Pisos Zero es también una opción más económica que una plaza durante una noche, vale 20 euros. La propuesta se puede llevar a cabo en colaboración entre la administración (cediendo locales) y las entidades sociales (gestionando el recurso).
3. Mirar más allá del termómetro
- El contexto. Cada año llega el invierno y cada año en Barcelona se pone en marcha el dispositivo invernal con 75 plazas nocturnas para las personas que duermen en la calle y más plazas que se abren dos o tres días cuando la temperatura baja a cero grados. El millar de personas que viven en la calle en Barcelona, sin embargo, están en esta situación todo el año y se enfrentan al frío, al calor, a las lluvias (en los últimos años con inundaciones), la inseguridad, etc.
- ¿Qué proponemos? Dejar de centrar esfuerzos en la operación frío para centrarlos en una operación que mire la problemática del sinhogarismo desde su globalidad. Este cambio de mirada debería servir para apostar por la vivienda estable y, mientras tanto, para la apertura de más espacios de baja exigencia a los diferentes barrios de la ciudad.
4. Ordenanzas de convivencia que respeten las personas sin hogar
- El contexto. Actualmente no hay leyes estatales ni autonómicas que criminalizan las personas sin hogar, pero sí se hace en el ámbito local, desde las ordenanzas de convivencia y civismo. En el caso de Barcelona, la ordenanza de convivencia no respeta los derechos de las personas sin hogar y criminaliza algunas de las actividades habituales de estas personas. Durante la última legislatura los grupos municipales han intentado cambiar la normativa pero no se han puesto de acuerdo.
- ¿Qué proponemos? Poner de nuevo sobre la mesa el debate sobre la ordenanza de convivencia. Hay que apostar por una ordenanza socializadora y que no mire la situación de las personas sin hogar como un problema de convivencia ni objeto de sanciones.
5. Menos intervención policial y más intervención social
- El contexto. Habitualmente y a primera hora de la mañana, la Guardia Urbana invita las personas que duermen en la calle a levantarse y recoger sus pertenencias. Es una práctica conocida como Operación Diana, en la que no se suele multar a las personas pero sí que les dificulta su día a día.
- ¿Qué proponemos? Desplazar las personas que duermen en la calle no es la solución porqué el problema no desaparece, únicamente se traslada. Hay que intensificar la acción social y no la policial. Los cuerpos de seguridad como la Guardia Urbana deberían estar formados en la realidad específica de las personas sin hogar y trabajar de manera más coordinada con servicios sociales y con las entidades que conocemos esta problemática.
Descárgate aquí las propuestas políticas que hacemos para las elecciones del 26 de mayo en Barcelona.