Durante 2022, la inflación disparó los gastos de mantenimiento y suministros de nuestros centros, pisos y alojamientos. Ha sido un año en el que hemos sentido angustia porque, por primera vez en años, hemos vivido un año negativo económicamente hablando; preveíamos terminarlo con déficit y nuestro acompañamiento a las personas se podía ver afectado. Sin embargo, la implicación de muchas personas diversas nos ha permitido transformar la situación. El 2022 lo acabamos atendiendo a 3.066 personas sin hogar, un 22% más que en 2021.