Antonio vivía en un banco de Barcelona pero desde hace un tiempo vive con su pareja en un piso de Arrels. Como él, cerca de 3.000 personas en la ciudad duermen al raso o dependen de centros públicos o privados para pasar la noche.
Antonio vivía en un banco de Barcelona pero desde hace un tiempo vive con su pareja en un piso de Arrels. Como él, cerca de 3.000 personas en la ciudad duermen al raso o dependen de centros públicos o privados para pasar la noche.