Una vecina preocupada por un hombre que vive en la calle en su barrio, una persona que busca ayuda porque está a punto de perder su casa, una trabajadora social de un municipio que busca orientación. En los últimos doce meses, hemos atendido más de 800 llamadas a través de nuestro servicio de asesoramiento telefónico. Os lo contamos.
Hace un año, cuando todo el mundo tenía que quedarse en casa confinado y la situación de las personas que vivían en la calle se hacía más visible que nunca, decidimos habilitar un servicio de atención de orientaciones y localizaciones dirigido a la ciudadanía. Antes de la pandemia, en Arrels ya nos contactaban vecinos y vecinas preocupados por las personas que viven en la calle, pero con el estado de alarma decidimos habilitar una línea de teléfono directa con un equipo específico formado por personas voluntarias. En doce meses, este servicio de orientaciones y asesoramiento telefónico ha recibido 811 llamadas, es decir, una media de tres avisos al día.
El 58% de estas llamadas las han hecho vecinos y vecinas preocupados que nos han contado casos de chicos jóvenes que vivían tutelados y que, al llegar a la mayoría de edad, se han quedado en la calle; de familiares de personas que viven al raso, a veces con problemas de consumo o de salud mental, y que buscan orientación; situaciones de jóvenes y adultos que se refugian en trasteros o en vehículos aparcados; o de personas que viven en parques o jardines y a las que los equipos de limpieza tiran sus pertenencias.
La mayoría de las llamadas (el 75%) que hemos recibido por parte de vecinos y vecinas para alertar sobre situaciones de personas que viven en la calle procedían de Barcelona pero también nos han llamado de otras ciudades (en un 15% de los casos) y un 11% de los vecinos y vecinas nos ha alertado sobre otras situaciones de vulnerabilidad relacionadas sobre todo con la vivienda.
El servicio de orientaciones y asesoramiento telefónico también ha servido para informar directamente a personas que empiezan a vivir en la calle o que están a punto de perder su casa. Representan el 34% de las más de 800 llamadas que hemos recibido en un año y las han hecho personas solas, familias formadas por personas adultas y familias con niños y niñas.
En este sentido, nos han contactado personas con pocos ingresos que se quedaban sin trabajo y no podían pagar la habitación o la pensión donde vivían; personas solas que vivían en la calle y que pedían información sobre los albergues y comedores que cerraban y abrían por la pandemia; también un hombre que salía de la cárcel y no tenía donde ir; personas migradas que vivían en la calle y que querían volver a su país; una mujer con una niña de 5 años y un niño de 12 años explicando que no tenían un lugar donde dormir… La mayoría de este tipo de llamadas (67%) las han hecho personas afectadas que vivían directamente en la calle en Barcelona u otros municipios catalanes (en un 41% y un 26% de los casos, respectivamente), y el resto corresponden a personas que están a punto de perder el lugar donde viven.
Barcelona y 68 municipios más
Todas las llamadas que hemos recibido las hemos intentado contestar aportando información práctica sobre los recursos que existen para las personas sin hogar y contextualizando sobre la realidad del sinhogarismo. A las personas que nos han llamado desde Barcelona, les hemos explicado la complicada situación que se vive en la ciudad, donde más de un millar de personas viven en la calle y los centros de ayuda están colapsados. A las personas que nos han llamado desde otros municipios catalanes les hemos comentado la importancia de dar a conocer estas situaciones de sinhogarismo en los ayuntamientos y en los servicios sociales municipales, porque todo el mundo debería poder ser atendido en su propio municipio. En total, hemos recibido llamadas que procedían de 69 municipios.
En este contexto, también hemos informado y asesorado a trabajadores de servicios sociales, personal de hospitales y centros sociosanitarios, y entidades de toda Cataluña. En concreto, el 8% de las llamadas que hemos recibido en el último año provienen de servicios e instituciones de 21 municipios diferentes. La mayoría de estas llamadas tienen en común la falta de servicios y recursos para personas sin hogar en las ciudades y municipios catalanes, así como la necesidad de más información sobre las diferentes realidades del sinhogarismo y las maneras de afrontarlo y prevenirlo.
Qué hacer si ves a una persona viviendo en la calle
En Barcelona, sabemos que unas 1.200 personas viven al raso, según datos del último recuento que hicimos desde Arrels en mayo del año pasado. En el resto de Cataluña, los datos no son tan precisos porque solo se han hecho recuentos en diez municipios más. Las últimas cifras públicas que existen son del año 2017, en el contexto de elaboración de la estrategia catalana para abordar el sinhogarismo, y hablan de 2.347 personas viviendo en la calle en Cataluña.
Las orientaciones telefónicas son un servicio que ofrecemos habitualmente en Arrels y, con el inicio de la pandemia, decidimos articularlas a través de un número de teléfono específico. Se trata de un canal por el que la ciudadanía nos puede contactar pero no es el único. En los últimos doce meses, hemos orientado a otras 718 personas sin hogar que se han dirigido directamente a nuestro centro abierto para pedir ayuda. En este mismo período de tiempo, también hemos recibido más de 4.200 avisos de vecinos y vecinas implicados, a través de nuestra APP Arrels Localizador.
Acercarse a la persona y preguntar cómo se encuentra, charlar y ofrecer un café, preguntar si necesita algo, saber que se trata de una cuestión de atención social y no policial, orientar a los servicios sociales para que conozcan el caso, llamar al 112 si la persona se encuentra mal… son algunas de las recomendaciones básicas que ofrecemos a la ciudadanía. Aquí puedes leer más.
Más información:
- El número de nuestro servicio de orientaciones telefónico es el 93 551 48 40. Nos puedes llamar de lunes a viernes, de 9:30h a 13:30h y de 16h a 19:30h.
- Lee nuestras propuestas políticas al Ayuntamiento de Barcelona, al resto de municipios catalanes y al Govern de la Generalitat.