El “Pla Endreça”: sanciones más duras y estrés para las personas que viven en la calle


 

El Pla Endreça es un paquete de medidas municipales que se están traduciendo en un endurecimiento de la aplicación de las ordenanzas que regulan el uso de la calle: la ordenanza de civismo, la de medio ambiente, de tenencia de animales y de uso de vías y espacios públicos. Desde que entró en vigor en Barcelona el julio de 2023, en Arrels hemos comprobado que comporta más dificultades en el día a día de las personas que viven en la calle, más sanciones y vulneraciones de derechos.

 

El julio de 2023, el Ayuntamiento de Barcelona anunció la entrada en vigor de la primera fase del Pla Endreça, que contempla como objetivos la limpieza del espacio público y un aumento de efectivos policiales municipales, con un mensaje que relaciona limpieza con seguridad. Esta primera fase de despliegue del se ha traducido, para las personas sin hogar, en actuaciones en que la policía y los servicios de limpieza municipales las echan del lugar donde pernoctan o están normalmente.

Amenazar con tirarles las pertenencias o hacerlo sin aviso previo, mojar a las personas que están descansando en la calle, tirar a la basura sus mantas, cartones, documentación, el móvil o la medicación son algunas de las actuaciones policiales y de los servicios de limpieza que personas que viven a la intemperie y que conocemos desde Arrels nos han explicado. Relatan que la policía municipal aparece más a menudo que antes, en muchas ocasiones diariamente y a  la misma hora. También que a veces amenazan a las personas que acompañamos con  quitarles los animales de compañía o los sancionan con multas.

La impresión de las personas que conocemos y duermen en la calle es de abuso y de impotencia; muchas de estas actuaciones se producen de manera reiterada cada día. Esto hace que estas personas evidencien síntomas de estrés, sufran angustia y vivan, todavía peor, el hecho de dormir en la calle.

“Hemos observado un incremento policial, sobre todo en puntos de pernoctación donde hay agrupamiento de personas. Esto se traduce en la fractura de las rutinas de las personas que viven en la calle, en muchos casos relacionadas con la supervivencia: las personas tienen que hacer guardia y quedarse en el lugar donde duermen a la hora que viene la Guardia Urbana, esperar que se haga la limpieza, esperar que se seque el suelo y volver a colocar las cosas a lugar. Esto puede comportar que pierdan turnos en comedores sociales, recursos de atenciones básicas…”, nos explican desde el equipo de calle de Arrels.

Además del incremento de la intervención policial, algunas personas que visitamos nos han manifestado que ha incrementado la contundencia con la cual se dirigen a ellas. Esto los genera mucha indignación en algunos casos y resignación en otros. Nos explican, también, que son conscientes que la policía actúa por quejas vecinales.

Una multa por “carencia de higiene personal”

“Creo que hay ciertos funcionarios que me tienen a la lista. Un policía está para servir el ciudadano, no para perjudicarlo. Siento que es un abuso de poder. Me han puesto multas por beber en la calle, por gritar, por  escupir…”. Quién enumera estas situaciones es Juan Antonio, una persona que conocemos desde Arrels y que desde el periodo de entrada en vigencia del Pla Endreça acumula unas catorce multas. Algunas son por conceptos como tirar colillas en la calle o carencia de limpieza e higiene personal. “Me ponen multas como si fueran cuatro papeletas. Yo, como quieres que pague lo que me piden?”, se pregunta.

Según el último informe de Arrels sobre la situación de las personas que viven en la calle en la ciudad de Barcelona, 7 de cada 10 personas que viven al raso no tienen ingresos. Desde que el Pla Endreça entró en vigor, las personas que atendemos han recibido unas treinta multas. Estas multas, a pesar de no haberse incrementado en relación en los años anteriores, son de cantidades más elevadas.  Arrels conocemos personas que viven en la calle y que acumulan miles de euros en sanciones.

“En la calle no hay que estar, hay que irse de Barcelona”. Esta es la frase que Víctor (nombre ficticio) recuerda que le dijo el policia municipal que le puso una multa por pedir dinero. “Yo no tengo dinero, me busco la vida para comer. A los que están en la calle nos levantan y vamos a otro sitio. ¿Qué sentido tiene que te echen de la calle, si vives en ella?”, reflexiona. Víctor ha recibido también una sanción por hacer exhibición pública de su perro, un hecho que le ha caído muy mal, puesto que tiene un fuerte vínculo con el animal y lo quiere mucho. “Me han amenazado con sacármelo. Yo expliqué que el perro vive conmigo y que, si salgo de casa ocho horas, él viene”, dice.

Vecinos y vecinas preocupadas

 

A Wilson lo echaron de un centro para personas con enfermedades de salud mental. Llevaba cinco o seis años pasando el día en una plaza próxima al recurso y allá es donde vive desde hace un año. “Desde que está aquí, hay una vecina que llama a la policía porque le molesta. Primero vino una pareja de la Guardia Urbana, después ya eran cuatro, otro día ocho agentes para una persona sin hogar. Lo rodearon y le tomaron el colchón y sus pertenencias. Y la ropa que le habíamos llevado entre todos los vecinos. Quién habla es Toni Moragues, vecino de la plaza.

Como Toni, otros vecinos han intentado buscar salidas para Wilson y lo han acompañado en aquello que han podido. “Hay dos personas que duermen en esta plaza cada noche. Hay gente que los ayudamos con lo que podemos. Los vecinos nos pasamos la noche sintiendo cómo tosen; toda la noche tosiendo y pasando frío. Hace mucho de tiempo que dura esta situación”, comenta Daniel Sererols, presidente de la asociación de vecinos y vecinas de la plaza.

El año pasado, desde Arrels hicimos una encuesta dirigida a la ciudadanía. El 78% de las personas que viven en Barcelona consultadas en la encuesta estuvieron de acuerdo con el concepto que dice que las ordenanzas municipales tienen que servir para proteger, más que para sancionar, acciones que las personas sin hogar tienen que hacer para sobrevivir a la calle.

Un ejemplo de esta percepción nos lo da Josep, un voluntario de Arrels preocupado por la situación de una persona que ve cada día cerca de a su trabajo. “Trabajo justo junto al lugar donde se pone una chica joven. Ella duerme allá, coge unos cartones y hace su cubículo. Nosotros con mi mujer, siempre que podemos, la ayudamos. Pero, desde hace unos meses, viene la policía con el servicio de limpieza y, cada día a las 8:30 h, van a limpiar directamente el lugar donde se está ella. Hace poco, le tiraron todas las pertenencias: la mochila, el móvil, la ropa que le había llevado yo. Lo hacen continuamente; solo limpian el lugar donde se está ella. Ya ni disimulan”, explica.

El síndic de greuges de Barcelona constata la situación

 

Para poder explicitar toda esta situación, el mes de noviembre de 2023 desde Arrels hicimos una instancia al síndic de greuges de Barcelona enumerando algunas de las actuaciones que se han efectuado en el marco del Pla Endreça. En su respuesta, la Sindicatura manifiesta que le “preocupa el hecho que la búsqueda de ‘la excelencia en el espacio público’ que busca el Pla Endreça, poniendo el foco en la limpieza y el orden, pueda tener un impacto negativo para las personas sin hogar, para las cuales el espacio público no es solo un espacio de uso común, sino también el espacio en el cual hacen vida y dónde no disponen de los mínimos necesarios”.

En cuanto a la actuación policial, el síndic constata que “se está intensificando la actuación policial sobre las personas sin hogar”, concretamente “sobre las que pernoctan o permanecen en el espacio público”, hecho que coincide con “la puesta en marcha del Pla Endreça”.

Además, en la resolución el síndic recomienda que las actuaciones policiales se registren para que haya constancia y trazabilidad de los hechos y se tilda de “bastante generalista y ambiguo” el Pla. “Desde la Sindicatura no hemos podido tener constancia de los cambios o mejoras que el Pla Endreça puede significar en cuanto a los equipos del ámbito social municipal que operan en el espacio público”, dice, y añade que hay que “valorar la conveniencia que en dispositivos conjuntos entre la Guardia Urbana y los servicios de limpieza se puedan incorporar profesionales del ámbito social”.

“Es un plan que hace referencia en el espacio público, pero no tiene en cuenta el sinhogarismo. No lo dimensionan, así como tampoco a otros colectivos vulnerables”, entiende Beatriz Fernández, responsable del equipo jurídico de Arrels. “Se dan datos numéricos de muchos elementos que podemos encontrar en la calle en Barcelona, incluso del aumento de sillas que ha habido a las terrazas después de la pandemia, pero no se recoge ningún dato sobre las personas que viven en la calle y que, por lo tanto, hacen un uso diario y permanente de este espacio público. Esta información se obvia en todos los sentidos: número de personas que se encuentran en la calle, la dimensión de los recursos, como los equipos de educadores de calle que hay… En cambio, se cuantifican los agentes de la Guardia Urbana y el personal de limpieza. A pesar de que el Ayuntamiento tiene estos datos, no los menciona; esto hace que nos preguntemos si el Pla Endreça no hará más que agraviar la situación de las personas sin hogar”, remacha.

Más información:

– Si vives en la calle, encuentra información útil en la guía “Sobrevivir en la calle en Barcelona”.
– Si has visto una persona durmiendo en la calle en Barcelona y quieres orientarla sobre los recursos que tiene en la ciudad, también puedes consultar la guía.

– Más información práctica sobre qué hacer sobre si ves a alguien durmiendo en la calle.
– Si detectáis una situación de abuso a una persona por el hecho de vivir en la calle, podéis contactar con nuestro equipo jurídico llamando o enviando un mensaje al teléfono 635 439 400. Recogeremos el caso, te orientaremos y daremos apoyo jurídico. Si la situación de vulneración de derechos tiene lugar en la vía pública, la podéis grabar en imágenes y nos lo podéis hacer llegar.

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