De media, las personas que entrevistamos hace cuatro años y cinco meses que viven en la calle (la media del informe anterior era de cuatro años y cuatro meses). Se trata de una media elevada y que todavía no ha recuperado el nivel previo a la pandemia, cuando era de tres años y cinco meses. La cronificación es especialmente grave entre las personas nacidas en el Estado español y en la Europa comunitaria, con cinco años y ocho meses, y seis años y medio respectivamente de media.
El 81% de las personas que llevan menos de un mes en la calle no ha recibido ningún tipo de atención social
- El 81% de las personas que viven en la calle en la ciudad de Barcelona manifiesta no haber recibido ningún tipo de atención social en el primer mes que pasaron al raso. Así, las personas que llevan menos tiempo viviendo en la calle son las más desatendidas por los servicios sociales, públicos o de entidades, ya sea por desconocimiento del funcionamiento de los recursos para personas sin hogar o por la dificultad de adaptación a la nueva realidad. El porcentaje de personas atendidas por servicios sociales aumenta a medida que lo hace el tiempo de estancia en la calle.
Estos datos provienen de la encuesta realizada los días 13, 14 y 15 de junio de 2023 en las calles de Barcelona y en los locales de trece entidades sociales, donde contamos con el apoyo de 381 personas voluntarias formadas para la ocasión. De las 839 encuestas válidas realizadas, se descartaron 154 encuestas porque se identificaron personas que no se encontraban en situación de calle, aunque sí en otras situaciones de sin hogarismo. A partir de las respuestas de las 685 personas que detectamos que vivían en la calle en ese momento, hemos elaborado la edición 2023 del informe Vivir en la calle en Barcelona. Radiografía de una ciudad sin hogar.
Aumenta el tiempo de estancia en la calle
De media, las personas que entrevistamos llevan cuatro años y cinco meses viviendo en la calle (la media del informe anterior era de cuatro años y cuatro meses). Se trata de una media elevada y que aún no ha recuperado el nivel previo a la pandemia, cuando era de tres años y cinco meses. La cronificación es especialmente grave entre las personas nacidas en el Estado español y en la Europa comunitaria, con cinco años y ocho meses, y seis años y medio respectivamente de media.
Un alojamiento de alquiler fue el último lugar donde han dormido bajo techo
Preguntamos a las personas que viven en la calle cuál fue su último alojamiento y por qué lo perdieron. En un 28% de los casos, su último lugar fue una vivienda de alquiler y en un 8% de los casos una vivienda de propiedad. Esto significa que son personas que tenían un lugar relativamente seguro donde vivir y han pasado a dormir al raso. Para dos de cada diez personas entrevistadas (18%), el último alojamiento ha sido un servicio institucionalizado y después han tenido que dormir en la calle. Principalmente, se trata de albergues para personas sin hogar (11%), pero también prisiones, viviendas con el apoyo de entidades sociales o servicios sociales, residencias o centros sociosanitarios o centros para niños y jóvenes. Esto destaca los retos que encuentran las personas desinstitucionalizadas para conseguir un alojamiento estable, incluyendo jóvenes que acaban de cumplir la mayoría de edad.
La pérdida de empleo, problemas con la familia o separación de la pareja, los problemas relacionados con la vivienda y los procesos migratorios son los principales motivos de pérdida de alojamiento que nos han explicado las personas que viven en la calle. Destaca que el 5% de las personas dice no haber vivido nunca en una vivienda estable.
La atención social, una asignatura pendiente
Dotar de los recursos necesarios la red de servicios de atención para las personas sin hogar es, sin duda, una necesidad para mejorar su situación. La atención de los servicios sociales llega mayoritariamente una vez la persona ya se encuentra en situación de calle. Las personas más desatendidas son las que llevan menos tiempo viviendo en la calle y las más jóvenes.
El 81% de las personas que llevan menos de un mes en la calle no ha recibido ningún tipo de atención social. A medida que las personas llevan más tiempo viviendo en la calle, más nos explican que han recibido algún tipo de atención social en los últimos seis meses.
¿Han recibido atención social los últimos seis meses? Por tiempo que llevan viviendo en la calle (2023)
(n=650)
Los jóvenes, una realidad muy dura
Las personas más jóvenes también son las más desatendidas: un 56% de los menores de 25 años y un 51% de los menores de 35 años manifiestan no haber recibido atención social pública o privada en los últimos seis meses.
¿Han recibido atención social los últimos seis meses? Por franjas de edad (2023)
(n=670)
Un 15% de las personas que viven en la calle en Barcelona nos explica que ha vivido en un centro de protección a la infancia y la juventud. Este porcentaje es de un 41% de los jóvenes hasta 25 años que viven en la calle. Haber vivido en un centro para niños o jóvenes es un factor de riesgo de sin hogarismo.
¿Pueden cubrir las necesidades básicas?
Una vez a la intemperie, las personas se encuentran con muchas dificultades para resolver situaciones tan básicas como poder comer caliente, descansar durante el día o tener un lugar bajo techo. Un 26% de las personas que viven en la calle no puede cubrir las necesidades más básicas, como son la alimentación o la higiene. En cuanto a los recursos, las que llevan menos tiempo en la calle son las que menos pueden cubrirlas, un 50% de las que llevan menos de un mes. A medida que el tiempo de estancia en la calle aumenta, las personas tienen la percepción de cubrir de una manera más satisfactoria sus necesidades básicas (ducharse, cambiarse de ropa, descansar o tener agua y comida). Esto puede tener que ver con el hecho de que las personas que llevan menos tiempo en la calle tienen menos conocimiento de los recursos y los servicios existentes para personas sin hogar.
Personas que viven en la calle en Barcelona según si pueden cubrir sus necesidades más básicas (2023)
(n=657)
¿Quién vive en la calle en Barcelona?
El 87% de las personas que viven en la calle son hombres, el 9% son mujeres, el 1,3% son mujeres trans y el 1,2% de género no binario. Destaca el crecimiento de un punto porcentual de las mujeres trans y cis. La diferencia entre hombres y mujeres se debe al hecho de que las mujeres suelen sufrir otras formas de sin hogarismo más invisibilizadas, y cuando llegan a la calle, su situación acostumbra a ser más grave. Antes de vivir en la calle, muchas mujeres buscan todas las otras alternativas posibles: pisos sobreocupados, viviendas vacías o casas de familiares o amistades. Cuando finalmente empiezan a vivir en la calle, a menudo es porque ya no tienen ningún otro lugar donde ir. Hay un desgaste psicológico y físico enorme, difícil de revertir. Además, las mujeres están más expuestas a la violencia machista y a los abusos sexuales.
Las personas inmigradas continúan sobrerrepresentadas entre las personas sin hogar (74%), mientras que en el padrón municipal solo son el 29% del vecindario. Ser una persona migrante es un factor de riesgo.
El 13 de diciembre de 2023 localizamos a 1.384 personas en situación de calle en Barcelona, la cifra más alta desde que se hacen recuentos en la ciudad.
El 24% de las personas sin hogar se encontraba en el distrito de Ciutat Vella, el 22% dormía en las calles del Eixample, y el 15% y el 14% pernoctaban a la intemperie en los distritos de Sants-Montjuïc y Sant Martí, respectivamente.