Donación o cesión en vida

Aparte de los legados y testamentos solidarios, otra opción de colaboración es realizar una donación o cesión en vida, que permite ser testigo del uso que se está haciendo de lo que se ha dado.

Esta modalidad de colaboración aporta satisfacción y tranquilidad: la persona puede ser testigo del uso que se está haciendo de lo que era su bien. Cuando una persona quiere colaborar en vida puede hacer una donación de dinero o de inmuebles, o también puede ceder a Arrels el uso de un inmueble, lo que no implica la transmisión de titularidad, sino que sigue siendo de su propietario, pero es la entidad quien lo utiliza. Es el caso, por ejemplo, de algunas personas que ceden pisos para que vivan personas sin hogar, pero sin dejar de ostentar la titularidad de la propiedad.

Un ejemplo de donación en vida es la que hizo Albert, el antiguo propietario de un edificio de L’Hospitalet de Llobregat de nueve pisos. Hace unos años, decidió darlo a Arrels. “Lo hice para intentar rebajar un poquito esa vergüenza que tenemos, que haya gente que no tiene techo”, explicaba en un reportaje de TV3.

Además, este gesto permitió a Albert conocer a Juan, una de las personas que vivían entonces en aquellos pisos y que acompañamos desde Arrels desde hace muchos años. El encuentro fue un momento significativo para Albert. El hecho de haber dado el edificio en vida le ha permitido ver por qué se utiliza su antiguo inmueble, qué personas se alojan y cómo se encuentran; en definitiva, lo útil que ha sido su gesto.

 

Alquiler social

Otro ejemplo de este tipo de colaboraciones solidarias es nuestro taller ocupacional, La Troballa. En este espacio trabajamos habilidades como la utilización del tiempo, la recuperación de las rutinas, la capacidad de socializar o de hacer vínculo entre las personas que atendemos. En el mismo local del taller se encuentra nuestra tienda, donde exponemos y vendemos los productos que realizan las personas que participan en el taller.

Nada de esto sería posible sin la colaboración del propietario del local, que lo compró y nos lo alquila a un precio pactado. La Troballa es un proyecto por el que ya han pasado más de 400 personas y que acoge a unas cuarenta personas que acompañamos cada semana.

 

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