Arrels atiende a 2.564 personas en 2019, un 60% más que hace cinco años


El número de personas sin hogar que atendemos en Arrels sigue aumentando. En 2019 hemos atendido a 2.564 personas, un 8,59% más que en 2018 y un 60% más que hace cinco años. Esto es así porque en Barcelona hay más personas sin hogar: unas 1.200 personas, como mínimo, duermen al raso. Desde Arrels llamamos a la ciudadanía a colaborar para que sigamos ofreciendo alternativas a las personas sin hogar.

Los datos que indicamos a continuación se refieren a 2019 pero son provisionales. En este enlace encuentras las cifras actualizadas en marzo de 2020 -junto a la memoria anual-.

La cifra de personas sin hogar que atendemos en Arrels no para de crecer y los retos cada vez son más mayores porque el número de personas que viven en la calle en Barcelona aumenta y es muy difícil acceder a vivienda a precio asequible.

En los últimos doce meses, hemos atendido a 2.564 personas. Las conocemos porque las visitamos directamente en la calle, vienen a nuestro centro abierto a resguardarse o utilizar los servicios higiénicos, viven en un alojamiento que gestionamos o han venido a pedir orientación sobre los recursos que existen en Barcelona y las hemos escuchado y asesorado. El 89% son hombres y el 11% son mujeres; a más de un millar las hemos atendido por primera vez.

“Cada año estamos atendiendo a más personas y la situación está lejos de mejorar. Las administraciones siguen sin hacer los deberes y, de momento, no hay ningún cambio desde los gobiernos que nos haga pensar que la situación no irá a peor”, afirma el director de Arrels, Ferran Busquets.

En concreto, durante 2019 desde Arrels:

  • Hemos visitado a 523 personas que viven al raso. Se trata de personas que hace tiempo que viven en la calle en situación cronificada. El equipo de calle las ha visitado para saber cómo se encuentran e intentar dar respuesta a sus necesidades.
  • Hemos acogido a 2.194 personas en el centro abierto. Esto significa un 12% más que en 2018 y casi un 98% más que hace cinco años. El centro abierto es un espacio donde las personas pueden resguardarse durante el día y que ofrece servicios básicos como el servicio de ducha, ropero y consigna. Muchas de las personas que pasan por el centro abierto hace poco tiempo que viven en la calle y piden orientación sobre los recursos que existen en la ciudad; en 2019, hemos asesorado a más de 2.300 personas. Las principales demandas de estas personas son saber dónde ir a ducharse y cambiarse de ropa y cómo acceder a un alojamiento y servicios sociales.
  • 946 personas han utilizado el servicio de duchas y más de 1.300 han hecho uso del ropero. La demanda de servicios básicos también ha aumentado en el centro abierto. Un total de 946 personas han hecho uso del servicio de duchas, de forma continuada o puntual, y hasta 1.333 personas han utilizado el ropero. Estas cifras significan un incremento del 17,3% y del 23,4%, respectivamente. La consigna de Arrels ha guardado las pertenencias de 587 personas que viven en la calle o en lugares inestables y sigue siendo un recurso muy demandado porque en Barcelona no hay servicios públicos de consigna estable.
  • Hemos garantizado el alojamiento a 240 personas. Más de la mitad de estas personas vive en pisos y el resto vive en el hogar residencial Pere Barnés -que acoge a personas que han vivido en la calle y que tienen una salud frágil-, en habitaciones de alquiler y el Piso Cero, un recurso de baja exigencia donde las personas pueden entrar con todas sus pertenencias, estar el tiempo que necesiten y pasar la noche de manera segura. En 2019 también hemos hecho frente a las obras de la residencia Pere Barnés para ampliar el número de plazas hasta 41 y ofrecer una alternativa a personas con una situación de mucha vulnerabilidad.

Más personas socias y donantes para hacer posible #nadiedurmiendoenlacalle

En el censo de personas sin hogar que organizamos en junio de 2019 localizamos a cerca de 1.200 personas durmiendo en la calle. La cifra significa un 34% más de personas viviendo en la calle desde el año y un aumento del 83% en los últimos once años.

El aumento de la problemática ha significado para Arrels tener que incrementar los esfuerzos para ofrecer más servicios básicos y seguir garantizando alojamiento. En los últimos cinco años, hemos pasado de gestionar 41 viviendas a 98 porque sabemos que proporcionar vivienda estable mejora la salud y la autonomía de las personas que han vivido en la calle. Más de la mitad de estos pisos proceden del mercado de alquiler privado. En 2019, hemos habilitado siete pisos nuevos y esto, ligado al incremento del precio de los alquileres, se traduce en un gasto estructural un 20% más elevado que en 2018.

“La perspectiva económica actual nos dificultará mucho llegar más allá; como entidad, de momento tenemos que frenar”, explica Ferran Busquets, que advierte que “el ritmo de incremento de la atención a las personas no va en línea del ritmo de incremento económico de la entidad”. Para el director de Arrels, es “complicado que el apoyo económico por parte del sector público aumente y solo podemos contar con el apoyo de la ciudadanía”.

En la actualidad, el 66% de los ingresos de Arrels son privados y sobre todo de personas individuales que se implican económicamente como socias y donantes.

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