El martes 12 de noviembre celebraremos el acto en recuerdo de las personas sin hogar que nos han dejado en el último año. Desde el año 2016, hemos recordado a las 580 personas sin hogar que fallecieron en la ciudad de Barcelona y a las que atendíamos tanto desde Arrels como desde otras entidades. Vivir en la calle acorta la vida; en promedio, una persona sin hogar tiene una esperanza de vida 25 años menor que la del resto de la población que vive en la ciudad.

Entre el 25 de octubre de 2023 y el 25 de octubre de 2024, un total de 84 personas sin hogar (de las cuales 11 eran mujeres y 73 hombres) han fallecido. Sabemos que un 47,8% de estas personas vivían en la calle y que un 70% murieron por problemas de salud. Las personas que viven o han vivido en la calle suelen tener una salud más frágil y muchas dificultades para recibir una atención sanitaria adecuada.

Cada año sabemos de alguna persona que vivía en la calle y que poco después de conseguir alojamiento, fallece. Son circunstancias paradójicas que nos hacen sentir impotentes y plantearnos que, a veces, llegamos tarde. Este ha sido el caso de Lluís, que a sus 92 años acababa de instalarse en un piso cuando murió.

Nos preocupa también la tasa de muerte por suicidio (5,7%) y de muertes violentas (10%). Bachir, de solo 29 años, se suicidó tras un duro proceso migratorio, incapaz de soportar más el peso de sus vivencias, dejando consternadas a las vecinas de Nou Barris, el barrio donde dormía. También recordaremos a Arturs, que con solo 18 años fue asesinado mientras dormía al raso. Su muerte es un síntoma de la desatención estructural hacia las personas más vulnerables.

Las historias de Bachir y Lluís, así como de una ochentena de personas, serán las que recordaremos en el manifiesto acordado por una veintena de entidades barcelonesas, que leeremos este 30 de octubre en un acto público en la plaza Nueva de Barcelona, frente a la Catedral, a las 18:30 h. Este año, contaremos con la música en directo del Conservatorio del Liceo y el coro Xamfrà. Leeremos las últimas palabras en homenaje a las personas que han muerto este último año y que vivían o habían vivido en la calle, y llenaremos la plaza de casas de cartón, símbolo de los hogares que no tuvieron.

El acto de este año lo organizamos en colaboración con una veintena de entidades sociales que también acompañan a personas sin hogar. Son Àmbit Prevenció, Càritas, ABD (Cas Baluard y UTE Primer la Llar), Dit i Fet, Heura, el Hospital de Campaña Santa Anna, Santa Lluïsa de Marillac, Metzineres, Sant Joan de Déu, la fundación Sant Pere Claver, el Projecte Sostre, Suara, Barcelona Actúa, el comedor solidario Gregal, Metzineres, Gimnasio Social Sant Pau, la asociación de Mujeres Marroquís, Salut Sense Sostre, Som provisionals y las Hermanitas del Cordero.

El miércoles 30 de octubre, a las 18:30, os esperamos en la «plaça Nova» de Barcelona. Mientras tanto, compartimos el manifiesto del acto

 

 

84 hogares para proteger el recuerdo

¿Os habéis preguntado alguna vez qué significa tener un hogar? Es algo más que tener un techo. Es intimidad, descanso, calidez… Un lugar donde dejarnos llevar y respirar, donde construir nuestra vida y nuestra identidad.

Tamara no tenía un hogar cuando murió, hace pocas semanas. Estaba tumbada en un banco de plaza Cataluña y pasaron cuatro horas hasta que alguien se dio cuenta de que había fallecido. Tampoco tenía un hogar Bachir que, con solo 29 años, decidió quitarse la vida porque el esfuerzo que se le pedía le resultaba insoportable.

Susan parecía haberlo logrado, pero algo no funcionó y de nuevo se encontró en la intemperie, donde falleció. Francisco dormía siempre sentado en la entrada de un parking porque tumbado se sentía más vulnerable. Lluís G., en cambio, empezaba a vivir en un piso propio cuando nos dejó de manera inesperada.

Hoy recordamos a 84 personas que vivían o habían vivido en la calle en Barcelona y que en los últimos doce meses nos han dejado. Son 11 mujeres y 73 hombres que, de media, han vivido 56 años, 25 menos que el resto de vecinos y vecinas de la ciudad. El mayor era Lluís E., tenía 92 años. Arturs, en cambio, era el más joven y murió en la calle víctima de violencia. Solo tenía 18 años.

En los últimos doce meses, una persona sin hogar ha fallecido cada cuatro días en Barcelona. Algunas nos han dejado en soledad y conocimos su pérdida a través de la policía. Otras se han sentido acompañadas por vecinos, por el personal sanitario del hospital, por los comerciantes del barrio… ¿Sabéis que a Diego, cuando vivía en un centro, lo que más le gustaba era salir a pasear y que los vecinos le saludaran? Eugen iba siempre acompañado de Pattua, su perro inseparable. Y Dominic, que nos dejó a los 44 años, compartió parte de su vida con nosotros cuando se sintió cuidado.

Vecinos, comerciantes, personal sanitario, centros de convalecencia, servicios y entidades… Gracias por ofrecer momentos de luz y por apoyar. Gracias por ser hogar, por mantener el recuerdo de todas las personas que en algún momento vivieron en la calle y nos dejaron.

En los últimos ocho años, 580 personas sin hogar han muerto en Barcelona y queremos visibilizarlas con estas casitas de luz que hoy llenan la plaza de la Catedral. Para recordar a las administraciones que vivir en la calle no es algo normal y que el derecho a la vida de muchas personas depende de sus acciones.

Son 84 hogares de luz para proteger el recuerdo individual de cada una de las personas que nos han dejado y también para mantener la memoria colectiva del sinhogarismo en nuestro hogar. Para evitar que vuelva a suceder.

 

 

Más información

  • Visita el muro virtual donde recordamos a las personas sin hogar que nos han dejado.
  • Si paseas por Barcelona, puede que te cruces con alguna de las más de 550 placas que hemos colocado con la colaboración de centros educativos y ciudadanía para recordar a las personas sin hogar que nos han dejado en los últimos nuevo años. Te lo contamos.

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