¿Quién recuerda a las personas que viven en la calle cuando mueren? Desde Arrels acompañamos a personas que viven o han vivido al raso, durante su vida y también en su muerte. Y cada año, para recordarlas, organizamos un acto público de recuerdo con el apoyo otras entidades. Este año recordaremos a 80 personas sin hogar que nos han dejado en los últimos doce meses. Será el 26 de octubre, a las 19 h en la plaza Nova de Barcelona.
José Antonio era un apasionado de la conversación y el debate; a Fernando y Mariona les gustaba leer; a Pauline la recordamos como una melómana. Todas ellas son personas que habían vivido o vivían en la calle y que han muerto durante el último año. En total, 80 personas sin hogar nos han dejado desde octubre de 2021 hasta ahora, y queremos que sus nombres resuenen durante un acto de recuerdo. Será el miércoles 26 de octubre, a las 19 h en la plaza Nova de Barcelona, delante de la Catedral.
Este año, queremos recordar a todas las personas que nos han dejado a través de una instalación lumínica que, en la penumbra del anochecer, dibujará latidos de recuerdo delante de la plaza. Serán un total de 80 latidos para recordar a 80 personas, 20 mujeres y 60 hombres que habían vivido en la calle. La persona más joven que recordaremos tenía 20 años y, la más mayor, 86. De media, tenían 55 años al morir, es decir, han vivido 27 años menos que el resto de vecinos y vecinas de la ciudad.
De las 80 personas que recordamos, el 35% vivía directamente en la calle y el resto lo hacía en centros de alojamiento, residencias o pisos de entidades sociales. Una de cada cuatro personas que recordamos vivía en la calle y murió en la calle, mientras que la mayoría de las personas que nos han dejado estaban ingresadas en el hospital o en un centro de convalecencia.
Tener que vivir a la intemperie supone para las personas un esfuerzo por sobrevivir y estar expuestas a muchos riesgos y violencias; deteriora el estado de salud, acorta los años de vida y vulnera derechos, como el derecho al recuerdo. Por eso, volvemos a salir a la calle para recordar a las personas que nos han dejado.
En 2016 salimos por primera vez a recordar a las personas que nos habían dejado y, desde entonces, hemos recordado a más de 400. En todo este tiempo, de media, en Barcelona ha muerto una persona sin hogar cada seis días.
Este año, desde Arrels organizamos el acto con la colaboración de otras entidades sociales que también acompañan a personas sin hogar. Son Àmbit Prevenció, el centro de acogida Assís, Associació de Dones Marroquines, BarcelonActua, Càritas, CAS Baluard (ABD), Dit i Fet, Heura, Hospital de Campanya Santa Anna, Lligam, Lloc de la Dona, Metzineres, Projecte Sostre, la fundación Sant Pere Claver, Santa Lluïsa de Marillac, Sant Joan de Déu y Suara.
Os esperamos en la plaza Nova de Barcelona, delante de la Catedral, el próximo miércoles 26 de octubre a las 19 h. De momento, compartimos el manifiesto del acto:
80 latidos de luz para hacer visible el recuerdo
Isabela dormía en un trastero con poca luz, a Mohamed le gustaban las luces de la playa de la Barceloneta; Fernando buscaba los fluorescentes de la biblioteca porque era un apasionado de los libros; Asad pasaba las noches bajo la luz de un cajero; Ilias hacía solo seis meses que había llegado de su país cuando murió en la calle en la oscuridad de la noche.
Cuando cae el día y las luces de casa se encienden, las farolas iluminan las calles de Barcelona y a las más de 1.200 personas sin hogar que duermen a la intemperie. Isabela, Mohamed, Fernando, Asad, Ilias y las 80 personas que hoy recordamos también buscaban en esta luz un rincón para sentirse protegidas. Vivían o habían vivido en la calle en nuestra ciudad y todas ellas nos han dejado en los últimos doce meses.
Mariona devoraba libros, interpelaba con la misma intensidad a los vecinos y vecinas del parque donde dormía y, cuando empezó a dormir en una pensión pudo leer tranquila. András siempre era amable y educado. Karim pensaba que no se merecía el aprecio que le transmitíamos. Josefina quería a su perro y se emocionaba con las canciones de Raphael.
Las 80 personas que hoy recordamos han vivido momentos de sombras, porque tener que vivir en la calle comporta riesgos y violencias que deterioran la salud y acortan los años de vida. Eran 60 hombres y 20 mujeres. De media, tenían 55 años y nos han dejado 27 años antes que el resto de barceloneses y barcelonesas. También sabemos que 20 de estas personas vivían y murieron en la calle y que otras 32 nos han dejado en el hospital o en un centro de convalecencia.
Pero también ha habido momentos de luz. Miquel convirtió en cómic sus 15 años de vida en la calle para explicar a la gente que tener que vivir al raso no es algo normal. Sergio se ganó el aprecio de sus vecinos y vecinas y fueron ellos los que nos avisaron de su situación de calle. Fernando no quería su documentación porque muchas personas migradas no pueden tenerla y lo encontraba injusto. Gisele nos permitió acercarnos y preguntarle cómo estaba. El cajero donde dormía Asad se llenó de flores, notas de pésame y dibujos infantiles de los vecinos y vecinas del barrio cuando nos dejó.
Son 80 latidos de luz que nos hablan de la vulneración del derecho a la salud, a la intimidad, a tener un lugar donde descansar, a la protección; que reivindican el derecho a la vida y también el derecho al recuerdo. 80 latidos de luz para verlo claro y, de una vez por todas, impulsar acciones y políticas que garanticen el derecho a un hogar.
Andras, Ilias, Corneliu, Isabela, Miguel… siempre seréis luz.
Una pena por todos ellos. Se merecen vivir dignamente. Lástima que no se pueda actuar de forma contundente para darles el lugar que se merecen como seres humanos. Gracias por los esfuerzos que hacéis para ayudarlos.