Talleres infantiles, conciertos, microteatro, un espacio interactivo para romper prejuicios… Unas 2.500 personas han participado en Intemperie y han querido saber más sobre la realidad de las personas sin hogar. El evento, en el que se han implicado numerosas personas que viven al raso, ha puesto sobre la mesa la necesidad de políticas eficientes y de prevención para que todas tengan un hogar.
¿Qué crees que aporta más a una persona sin hogar: una comida o una conversación? ¿Qué da más seguridad, un techo o un hogar? ¿Qué dirías que pasa antes: las adiciones y, después, vivir en la calle o vivir en la calle y, después, las adicciones?
Intemperie llenó el sábado la plaza de Margarida Xirgu con actividades y espacios de reflexión para sensibilizar sobre la problemática de las personas sin hogar en Barcelona. “Yo no me había planteado qué es más importante, si una comida o una conversación. Una comida es algo muy necesario pero puntual. Una conversación puede aliviarte un poco la soledad y puede convertirse en algo que empiece y vaya más lejos”, comentaba una chica. Y, más allá, una madre le explicaba a su hija que “un hogar es ahí donde hay calor; porque un techo solo puede hacer que no te mojes cuando llueve, pero no es tu casa”.
Las actividades se fueron sucediendo durante 15 horas, desde las 16h del sábado hasta las 7h del domingo. La tarde empezó con actividades familiares: invitando a los más pequeños a acoger peluches abandonados con la actuación de Martademarte&Cia, escuchando la historia de Tonino, el invisible con la cuentacuentos Vicky Martín; creando lámparas y pequeños monstruos de cartón en el espacio de talleres; y disfrutando de teatro, danza y poesía donde la voz de las personas sin hogar era la protagonista.
A partir de media tarde, The Penguins subió al escenario y la música continuó por la noche de la mano de Alex Bass, Natxo Tarrés, Ju, Cesk Freixas e Itaca Band. Todos ellos estuvieron acompañados por la periodista Laura Rosel, el humorista Joel Díaz y la actriz Ivana Miño y, sobre todo, de Manuel, Anna María, Miguel, Jean y Valerio, personas que han vivido en la calle y que lo han querido explicar. “Cuando vivía en la calle tenía que dedicar todo el tiempo a sobrevivir”, sentenciaba Valerio. Y, un rato después, Miquel añadía: “Cuando vives en la calle pierdes todo lo que tenías en la vida, sólo puedes sobrevivir y olvidarlo”.
“Hoy no nos despertará la policía”
En Barcelona, unas 1.200 personas viven en la calle y más de 2.100 duermen en albergues y en centros públicos y privados que existen en la ciudad. Nadie vive en la calle porque quiera y eso es lo que hemos querido explicar en Intemperie de una manera lúdica y reflexiva.
En este contexto, una treintena de personas también han pasado la noche al raso. La acción pretendía incomodar pero, en ningún caso, simular la experiencia de dormir en la calle; “eso no lo sabremos nunca porque cuando tienes tu casa puedes levantarte y marcharte”, explica el director de Arrels, Ferran Busquets.
“El frío ha sido lo de menos; he podido dormir con el móvil y los zapatos sin miedo a que me roben”, comentaba Davide, que después de ocho años viviendo en la calle ahora vive en un piso. Para Sergio, que ha dormido muchas noches en la calle, lo peor es la inseguridad y el miedo, así como lo duro que está el suelo y las consecuencias en la salud. Otra persona que aún duerme en la calle y que el sábado también la pasó al raso en Intemperie se acostó exclamando: “Hoy no nos despertará la policía”.
¿Quién tiene el poder: los gobiernos o la ciudadanía?
En uno de los espacios de reflexión en la plaza de Margarida Xirgu, un cartel preguntaba a las personas asistentes: ¿quién crees que tiene el poder para mejorar la situación: los gobiernos o la ciudadanía? “La solución depende de los gobiernos, es necesario que actúen pero si no presionamos no lo harán”, argumentaba uno de los asistentes. Y otra persona añadía: “El poder lo tienen los gobiernos, pero cada vez hay más activismo y los gobiernos no pueden quedar ajenos”.
Manuel, que ha vivido cinco años en la calle, daba algunas pistas: “Se creen que con un albergue se arregla el problema pero están muy confundidos, esa no es la solución; cuando llega el último día que puedes estar en el albergue y no te dan una solución tu cabeza empieza a dar vueltas porque vas de nuevo a la calle”.
Desde Arrels creemos que es posible conseguir que nadie tenga que dormir en la calle y que administraciones públicas y ciudadanía juegan un papel importante. Las primeras, con políticas públicas que garanticen el derecho a la vivienda, con recursos adaptados a las necesidades de las personas y pactos políticos que aborden la problemática a largo plazo. La ciudadanía, como actor principal para reivindicar y conseguir los derechos sin descanso.
La noche de Intemperie acabó con un recital de poesia de David Fernández y música de Lu Rois. Antes de ir a dormir, Alfredo compartía con David Fernández y las personas asistentes parte de su historia y los sentimientos que le habían acompañado viviendo en la calle: rechazo y soledad. Y la conversación terminaba con estas palabras de Alfredo: “Poco a poco tenemos que conseguir que nadie duerma en la calle”. Hagámoslo posible.
¿Cómo puedes colaborar?
En Intemperie hemos querido conseguir el dinero necesario para garantizar el alojamiento de 200 personas sin hogar durante un mes. ¿Nos ayudas a conseguir más noches?